Juan Manuel López pidió la reincorporación de ese título, que había sido sacado del dictamen por el Gobierno.
Sobre el final de la sesión, la oposición abroquelada dio una sorpresa: logró reincorporar el capítulo sobre impuestos al tabaco, un punto que afecta principalmente al empresario Pablo Otero – el llamado «señor tabaco» de la Tabacalera Sarandí- y que el Gobierno había eliminado en la nueva versión de la ley.
Hay dudas sobre si el presidente Javier Milei se animará a vetarlo si el proyecto obtiene luz verde también en el Senado. En el oficialismo no lo saben, pero dejan la puerta abierta. «El presidente tiene poder de veto, es un poder constitucional», alcanzó a decir el titular de Diputados Martín Menem a Clarín, en su paso por el pasillo de la Cámara.
La reincorporación del articulado obtuvo 82 votos afirmativos, 77 negativos y 69 abstenciones. Hubo 28 ausentes, entre ellos tres libertarios: Marcela Pagano, Rocío Bonacci y Alejandro Bongiovanni.
El rechazo fue de La Libertad Avanza y del PRO, aunque la bancada amarilla tuvo un rebelde: el rionegrino Aníbal Tortoriello que votó a favor.
También votaron en contra de su reincorporación los tres tucumanos que responden al gobernador peronista Osvaldo Jaldo, quienes están alineados a Milei y a raíz de eso pegaron el portazo del bloque kirchnerista en la primera discusión de la ley ómnibus, en el verano.
Dentro de la UCR, hubo dos radicales de Evolución, Mariela Coletta y Danya Tavela, que también votaron en contra de reinsertar los impuestos. Cerca de Tavela explicaron que pretendía debatirlo «bien» e íntegramente en la comisión de Presupuesto, para ir a un sistema mejor.
«El sistema de impuesto mínimo no ha sido de utilidad y ha generado la judicialización actual. Se debe reemplazar por un precio mínimo para evitar la evasión y elusión, y que para arriba compitan por calidad, publicidad», señalaron.
Los 5 diputados de la Izquierda y el grueso de Unión por la Patria (64) se abstuvieron, señalando que no iba a formar parte «del lobby de Sarandí ni de Philip Morris». Sin embargo, hubo 21 diputados de UP que acompañaron la moción. Entre ellos, Victoria Tolosa Paz, Carlos Castagneto, Santiago Cafiero, Pablo Yedlin y Eduardo Valdés.
«Tengo serias diferencias con la Libertad Avanza pero me parecía que quitar el impuesto mínimo y aumentar la alícuota para dar un criterio de igualdad y robustecer al fisco, para coparticipar impuestos y para además devolverle al fondo de tabaco de donde se nutren los pequeños productores, era lo que yo sentía que había que hacer», apuntó Tolosa Paz.
Negociaciones y votación tensa
Durante toda la madrugada, el oficialismo presionó a la oposición para que no se llegara al punto de votar este tema el recinto. Insistían en la promesa del Gobierno de enviar una ley nueva con el impuesto al Tabaco y otros temas que quedaron afuera de la Ley Bases, como pesca y biocombustible.
Pero desde la UCR y Hacemos insistieron y a sabiendas de que no contaban con el PRO, fueron a buscar refuerzos a Unión por la Patria. Germán Martínez, jefe de bloque, había dicho que no intervendría en el lobby de «mafiosos», pero Tolosa Paz recogió el guante.
Primero fue la diputada radical Natalia Sarapura, quien se quejó por el retiro del capítulo de impuestos internos del proyecto. El pedido formal para reincorporarlo fue hecha por el bloque de Hacemos Coalición Federal, a través de Juan Manuel López (Coalición Cívica).
Los 22 legisladores de ese bloque que conduce Miguel Ángel Pichetto votaron a favor. También 29 de la UCR -hubo tres ausentes: Facundo Manes, Pablo Juliano y Marcela Coli- y los 8 diputados de Innovación Federal, de Pamela Caletti. La tabla se completa con Tortoniello del PRO y el neuquino Rodrigo Llancafilo.
Entre los ausentes, además de los tres libertarios y tres radicales, estuvieron los dos santacruceños que responden al gobernador Claudio Vidal, y seis del PRO.
Qué cambia ahora
El proyecto original, que se trató en enero y se retiró en febrero en la Cámara baja, incluía un capítulo acerca de los Impuestos Internos al Tabaco. El texto dictaba que el gravamen pasaría del 70% al 73%; el alza iba a impactar en el precio del atado de cigarrillos. Eso es lo que se reincorporó.
Tabacalera Sarandí en los últimos ocho años pasó de controlar el 5,6% del mercado, a más del 30,84%, según estimaciones de especialistas, desplazando a tradicionales empresas internacionales.
La AFIP, que formuló una serie de denuncias contra la tabacalera de Pablo Otero, sospecha que ese exponencial crecimiento está atado a una subfacturación del precio de los paquetes de cigarrillos, que estaría causando un perjuicio millonario por evasión impositiva.
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