Cavani rompió el maleficio y dio vuelta el partido con un triplete. Fue 3 a 2 para los de Martínez que se acercan a la zona de clasificación.
El alivio recién llega en el final, cuando por fin el hincha puede desatar la fiesta en las tribunas. La noche reivindicatoria de Edison Cavani no tenía discusión. El triunfo, en cambio, corría peligro por un nuevo error de Sergio Romero, de floja respuesta en el tiro libre de Matías Marín. Sin embargo, el milagro cordobés se deshizo con los últimos pelotazos y Boca volvió a ganar en la Bombonera.
El resultado, a fin de cuentas, no admite controversias. Con agresividad y contundencia, pasó por encima a Belgrano durante el segundo tiempo en los mejores momentos del ciclo de Diego Martínez. Y más allá de que el miércoles hay una cita con Unión en Santa Fe, La Doce calentó la previa de otro clásico con gran rivalidad. Racing será el rival del próximo domingo en este estadio.
Boca mostró otra actitud en el complemento. Tuvo hambre en el área de Nahuel Losada, donde había fallado en el primer tiempo. Apretó en todos los sectores, acorraló a Belgrano y el penal de Sebastián Longo, un agarrón que desestabilizó a Cristian Medina, no sólo le abrió el arco a Cavani; también, las puertas de la victoria. Y de una buena vez, después de 19 partidos, logró dar vuelta un partido. La última vez fue ante Atlético Tucumán (2 a 1), el 28 de agosto de 2022.
Creció Jorman Campuzano, sobre todo en la recuperación. Empezó a ser determinante Lautaro Blanco con sus proyecciones por la izquierda. Se despertó Kevin Zenón y fue clave en la articulación del juego. Recobró la memoria goleadora Cavani, ni más ni menos, y entró bien Lucas Blondel, muy a pesar de la salida de Jabes Saralagui, de buen desempeño.
Los siguientes dos goles de Cavani en apenas cinco minutos dejaron claro que no extravió su categoría. Un pase largo de Zenón que no alcanzó a cortar Francisco Facello encontró a Blanco bien posicionado para dejar al uruguayo mano a mano con Losada. Definió bárbaro, pero el asistente Adrián Delbarba levantó la bandera. El VAR lo corrigió y los hinchas gritaron con delay. Después, Zenón profundizó para Darío Benedetto, Facello rechazó el centro atrás, pero Luca Langoni la volvió a meter adentro para asistir al Matador de Salto, que firmó su hat-trick.
La versión xeneize de los cuarenta y cinco minutos finales tuvo la continuidad que le faltó en la primera parte. Entonces, tuvo algunos momentos de lucidez. Muy pocos, es cierto, pero suficientes para generar media docena de situaciones bajo los tres palos de Losada. Miguel Merentiel tuvo dos chances. Saralegui, Cavani y Nicolás Valentini, una cada uno. Pero con la excepción del cabezazo del legendario goleador, que el arquero de Belgrano tapó con el rostro, siempre le erró al arco.
Bastó que los cordobeses llegaran una sola vez para conseguir la ganancia. Y si la tendencia que tiene el equipo de Martínez es jugar por abajo con su arquero, Chiquito no es el indicado, no está en el catálogo de sus especialidades. Fue muy forzado el pase que entregó hacia al costado, Campuzano llegó exigido, le comieron la espalda a Luis Advíncula, González Metilli profundizó, Longo ganó el duelo desde el piso ante Nicolás Figal y Lucas Passerini la clavó lejos del alcance de Romero.
Boca implosionó. Sí, por sus propios déficits defensivos. Y arriba, donde tenía que explotar, no tuvo fuego. Entonces, esas sociedades que armaron Saralegui, Medina y, en menor medida, Zenón languidecieron. Cuando se soltaba Advíncula y se proyectaba, había sensación de peligro en el área visitante. El peruano fue mucho más punzante que Blanco en el primer tiempo.
Belgrano llegó a orillas del Riachuelo a bordo de un 4-1-4-1 en el que no necesitó cometer demasiadas infracciones para cortar el circuito azul y oro. Se plantó con orden y concentración, lejos de su arquero para no dejar crecer a su ilustre adversario, recuperó a partir del buen trabajo de Longo y buscó lastimar de contra. En proporción, fue mucho más eficaz que Boca. Sin ir más lejos, remató cuatro veces al arco de Romero, muy a pesar de que tuvo mucho menos la pelota (32%).
Claro que todo se modificó en el segundo capítulo de la noche. Y los hinchas, que terminaron al grito de “movete, Xeneize, movete”, se contagiaron de esperanza. Pesó el aliento, llegaron los goles tan esperados de Cavani y el impulso anímico que lo deja expectante ante sus próximos dos rivales, Unión y Racing, seis puntos clave para soñar con la clasificación a los cuartos de final de la Copa de la Liga.
Agregue un Comentario