Almirón cambió de idea a último momento y guardó todo pensando en Fluminense. «Quiero la Libertadores», gritó la gente en la Bombonera.
¿Ustedes qué se pensaban? ¿Que Jorge Almirón come vidrio? ¿Que no iba a llegar un mensajito de WhatsApp desde el Consejo de Fútbol con (justamente) el consejo de jugar ante Estudiantes con un muletto?
El equipo podrá jugar mejor, peor o más o menos; tendrá cierta dosis de suerte en los penales, pero si hay algo de lo que no se los puede acusar (a Riquelme y Almirón) es de ser ingenuos.
En la Bombonera, por la undécima fecha de la Copa de la Liga, el local recibió a Estudiantes con una alineación alternativa y el DT cuidó a los que habitualmente son titulares para la final de la Copa Libertadores del próximo sábado en el Maracaná de Río de Janeiro ante el Fluminense.
El gran objetivo, la obsesión, el anhelo de conseguir la Séptima.
Es cierto que Cristian Medina y Nicolás Valentini están «tocados». También que Darío Benedetto salió ante Racing con una fuerte contractura. Ni Marcos Rojo -suspendido para la final- podía estar ante el Pincha por una sobrecarga muscular. Demasiadas alarmas encendidas a 7 días (sí, siete) del partido más importante del año.
Sin embargo, en los ensayos de fútbol de miércoles y jueves, Almirón había probado alineaciones con «lo mejor» y todo hacía suponer que les daría rodaje a los titulares para que llegaran con ritmo al Maracaná. ¿Y si se lesionaba Cavani? ¿O Chiquito Romero? En este caso hizo falta reformular aquella frase de Menotti: mejor estar que (no) llegar.
Entonces, preservaron a Romero; Advíncula, Figal, Valentini y Fabra; Medina, Pol, Equi, Barco (entró para jugar media hora, al trote, ligero con sus 19 años); Merentiel y Cavani, los once que seguramente irán de arranque el sábado 4 de noviembre en el Maracaná en busca de la gloria. Y a la cancha salieron Javi García; Blondel, Valdez, Anselmino, Saracchi; Taborda, Jabes Saralegui, Campuzano, Bullaude; Briasco y Janson.
El análisis del juego queda en un segundo plano. A Estudiantes -tiene grandes chances de lograr la clasificación a la Sudamericana- poco le importaba este partido y con un puntito en el bolsillo se iba conforme para La Plata. El Pincha hizo todo para no perder y nada para ganar. Y Boca dominó durante todo el partido, aunque sin pimienta en ataque.
Apenas un par de apiladas de Briasco en el primer tiempo, un tiro libre de Taborda que se fue cerca del palo en el segundo tiempo y un cabezazo de Janson a la red que quedó atragantado por un offside que no necesitó del VAR. El 0 a 0 estuvo bien.
Vale una aclaración sobre Barco: se frenaron los corazones cuando lo pisaron y le sacaron el botín derecho (necesitó asistencia médica); y después casi lo expulsan por pisar a un rival. El Colo jugó al trote, pero siempre está al límite. Y hasta esa media hora que estuvo en el campo pareció un riesgo demasiado alto.
Barco cayó y la Bombonera sufrió unos instantes por el pibe. Foto: Marcelo Carroll.Barco cayó y la Bombonera sufrió unos instantes por el pibe. Foto: Marcelo Carroll.
En ese escenario, el espectáculo lo aportó la gente. Se estima que 100.000 hinchas de Boca viajarán a Río, muchos de ellos sin tickets ya que las 20.000 generales que tenía disponibles el Xeneize se agotaron en dos horas.
Los hits que más sonaron: «En Río de Janeiro vamos a ganar y la vuelta, y la vuelta vamos a dar»; «vamos a traer la Copa a la Argentina, la Copa que perdieron las gallinas»; «Yo te quiero Boca Juniors, yo te quiero de verdad, quiero la Libertadores y una gallina matar; y esa que dice que «la Copa Libertadores es una obsesión».
La gente despidió a sus jugadores a pura ilusión. Y la Copa Libertadores está a la vuelta de la esquina. ¿Será?
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