En un golpe del sector más ultraconservador de su propio partido, Kevin McCarthy, el líder de la mayoría republicana en el Congreso fue destituido de la presidencia de la Cámara de Representantes, en la primera votación en la historia de Estados Unidos que expulsa al jefe de los congresistas, el tercero en la línea de sucesión presidencial. La cámara baja quedó ahora sumida en un caos y en una eventual parálisis que podría demorar decisiones clave.
La salida de McCarthy, cuya nominación al puesto ya había surgido muy débil, fue forzada por un grupo de legisladores más radicales de su partido que estaban furiosos por el acuerdo que el jefe de la cámara había conseguido el fin de semana con la Casa Blanca para evitar el “cierre” del gobierno federal por falta de fondos aprobados para su funcionamiento.
La movida política muestra la tensión y caos que se vive en el seno del partido republicano, fracturado por la influencia de los “trumpistas” y los más dialoguistas, que dificultará aún más la aprobación de leyes e iniciativas clave como la ayuda a Ucrania. Es una señal de los duros tiempos políticos que se viven en Estados Unidos, que seguramente se exacerbarán estos meses cuando se acerquen las elecciones de noviembre de 2024 y se reedite –como todo indica—el duelo entre Donald Trump y Joe Biden.
La votación fue de 216 votos a favor de su salida y 210 en contra. Fue la primera en la historia del país que un Presidente de la Cámara de Representantes es eyectado de su cargo en una votación. En 2015, por otra ofensiva ultraconservadora del Tea Party había intentado desplazar al líder John Boehner, que terminó renunciando, pero sin llegar a una votación.
El líder de la embestida esta vez fue el radical diputado republicano por Florida Mark Gaez, que ya había intentado entorpecer la nominación de McCarthy cuando los republicanos tomaron el control del Congreso por pocas bancas tras las elecciones del año pasado.
Gaez pidió la votación el lunes por la noche luego de que McCarthy hubiera cerrado el acuerdo con la Casa Blanca para extender hasta el 17 de noviembre el debate en el Congreso para aprobar los gastos federales.
Gaetz tenía el apoyo de un grupo de conservadores del partido y también algunos demócratas que criticaban el liderazgo de McCarthy.
El jefe de la Cámara se negaba a deshacer el acuerdo con la Casa Blanca sobre el “shutdown” y buscó hasta último momento un pacto con los legisladores demócratas para que lo apoyaran en la votación sobre su liderazgo. Pero no tuvo resultado y fue la sentencia de su suerte. El líder demócrata Hakeem Jeffries dijo en una carta a sus colegas que quería trabajar con los republicanos, pero que no votarían para apoyar a McCarthy.
“Es ahora la responsabilidad de los miembros del partido republicano de terminar la Guerra Civil en la Cámara de Representantes”, dijo Jeffries, al anunciar que votaría por la salida del líder de la oposición.
Jeffries se refería a un liderazgo que fue muy resistido desde el comienzo y que había sido plagado de peleas y roces internos que muchas veces paralizaron al Congreso justo cuando debe discutir el nuevo presupuesto donde se incluye la crítica ayuda militar a Ucrania, que ahora podría quedar más comprometida.
“Es un día triste”, dijo el republicano Tom Cole de Oklahoma mientras debatían, urgiendo a sus colegas no dejar la mayoría de la Cámara Representantes sumergida en “un caos”.
Pero Gaetz le disparó luego: “¡El caos es McCarthy!”.“El caos es alguien a quien no podemos confiarle su palabra”, bramó el legislador, quien ya durante el fin de semana había acusado a McCarthy de mentir sobre las negociaciones con la Casa Blanca para evitar el “shutdown”.
McCarthy, un optimista empedernido que se enorgullece de nunca darse por vencido, se mantuvo confiado hasta el final sobre su capacidad para sobrevivir y defendió su decisión de trabajar con los demócratas para evitar un cierre del gobierno. «Si echas a un líder que tiene el 99 por ciento de su conferencia, que mantuvo abierto el gobierno y pagó a las tropas, creo que estamos en un lugar realmente malo para cómo vamos a dirigir el Congreso», dijo el martes por la mañana. Pero no tuvo suerte.
La votación por la destitución del «Speaker» ha tenido lugar solo una vez en la historia en la Cámara de Representantes, en 1910. En aquel entonces, los republicanos progresistas intentaron destituir al entonces presidente Joseph Cannon, un conservador conocido como «Tío Joe», por negarse a llevar sus prioridades al pleno para una votación. Sobrevivió a esa votación, pero se debilitó como resultado. McCarthy es el primero en ser removido.
El gobierno de Biden miró desde lejos la batalla campal de los republicanos y prefirió remarcar siempre el costo de la parálisis política y de la falta del consenso, que este último fin de semana estuvo a punto de forzar un nuevo cierre delgobierno federal, incluyendo el pago a las Fuerzas Armadas y otros servicios clave.
“Es su caos, no es lo que el pueblo norteamericano quiere ver”, dijo la vocera presidencial, Karine Jean-Pierre, cuando le preguntaron por la crisis política durante su habitual conferencia de prensa en la Casa Blanca.
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