El Millonario quería alcanzar a Huracán en la cima de la zona A pero la pasó mal. Hace 7 partidos que los de Demichelis no ganan como visitante. Banfield sumó solo un punto en su lucha por la tabla de abajo.
River tiene dos caras. Una, la buena, de local, donde es inexpugnable y lleva 18 triunfos consecutivos. Otra, la mala, cuando juega de visitante, condición en la que lleva siete partidos sin victorias (y ocho si se cuenta el de Talleres por Copa Argentina en cancha neutral). El equipo de Martín Demichelis volvió a mostrar esa floja versión en el Florencio Sola, donde ganó el último partido fuera de su casa, hace más de tres meses. Pero ayer no pudo cortar la racha adversa en el mismo escenario, donde igualó 1 a 1. Y no solo no pudo ganar. También, jugó mal. Justo en la antesala del Superclásico.
A pesar de que su equipo no juega otra competencia que no sea la Copa de la Liga, Demichelis le dio descanso a algunos jugadores titulares e introdujo modificaciones no solo en el elenco inicial en el Florencio Sola, sino también en el sistema táctico. El entrenador de River hizo pruebas en el Sur del Gran Buenos Aires, donde no jugó con cinco volantes. En un esquema más clásico (4-1-3-2), dejó a Kranevitter solo para la recuperación y delante de él a tres mediocampistas de juego y ataque, como Nacho Fernández, Lanzini y Barco. Y en el ataque combinó a Solari con Rondón.
La pasó mal en el inicio del encuentro River. No se acomodó de entrada. Y Banfield, con ímpetu, y la necesidad de sumar para escaparle al descenso, le creó dos chances en menos de dos minutos. Armani se lució ante Giménez y las dudas de Paulo Díaz lo hicieron rechazar mal al arquero en la siguiente jugada, que el equipo local no pudo concretar. Y en otra, Giménez reventó el palo izquierdo.
Con tanto jugador de buen pie y poco propenso a la marca, River necesitaba tener la pelota mucho tiempo para sentirse cómodo. Para que Kranenevitter y la defensa no sufrieran, como pasaría en gran parte del encuentro. Y en el pasaje del primer tiempo en el que más contó con ella, golpeó.
Simón, que ataca mejor de lo que defiende, tiró un centro que fue más un pase preciso a Fernández y entre Nacho, Solari y Rondón hicieron una jugada de baby fútbol en el área chica y después del remate del venezolano y el despeje en la líne de Coronel, Solari la metió de rebote.
Con la ventaja a su favor, River tuvo unos minutos de manejo del partido. Sin embargo, no fue constante. Volvieron los embates de Banfield y Armani se lució otra vez para sacarle un cabezazo a Giménez. Y el segundo tiempo arrancó de la misma manera. Con Banfield presionando alto y Armani poniendo sus manos (para contener un remate de Rodríguez para evitar la caída de su valla.
Otra vez River se vio en la necesidad de sostener la pelota para alejar el peligro. Y ese trabajo lo estaba haciendo bien Lanzini. Pero Demichelis sacó a Manu. Puso a Aliendro -volvía después de un mes- para tratar de equilibrar el equipo pero no lo logró. Encima, en la primera intervención, Aliendro tiró un taco innecesario que derivó en la jugada del empate. Coronel desbordó a Enzo Díaz, tiró un centro atrás que fue mal despejado por Nacho Fernández y quedó en los pies de Ignacio Rodríguez, quien clavó la pelota bien arriba. Pegó en el travesaño y picó adentro. Para festejar, los jugadores de Banfield tuvieron que esperar que el VAR convalidara el tanto.
Una vez más, River se vio necesitado. Demichelis mandó a la cancha al Pity Martínez -en su regreso al club- y a Colidio. Después a Borja. Pero nada cambió. Las mejores jugadas siguieron siendo de Banfield, al que las modificaciones lo mejoraron.
Y River colaboró también. Porque retrocedía mal y defendía peor. Tras un contraataque, Armani le sacó el gol a Álvarez. Y se salvó de otro porque Bisanz estaba adelantado. El arquero sostuvo a River. Junto a Paulo Díaz, que levantó.
Banfield terminó jugando con autoridad. Y el final lo mostró con esperanzas para salvar la categoría. River, en cambio, quedó confundido.
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