Reiteró que el Ministerio de Salud no autorizaba visitas. Y que eso «se estaba haciendo». No explicó el trato personal que según la beneficiada tuvo con ella.
La ministra de Salud, Carla Vizzotti, habló este viernes sobre el caso de la visita a un sanatorio que una mujer hizo y le agradeció en público poder haber podido acceder a ese beneficio, cuando su marido estaba grave de Covid y el derecho estaba vedado.
Parte de lo que dijo ya había sido anticipado por Clarín ayer en la respuesta que dio el Ministerio de Salud y que es efectivamente lo que debería ser. En declaraciones radiales, dijo que “el Ministerio de Salud no se autoriza ni se deja de autorizar ninguna acción de ningún centro de salud, hospital, sanatorio de ninguna jurisdicción ni de ningún subsistema”.
Lo que no aclaró fue un hecho que contó la mujer favorecida, Sylvia Brunoldi. Según le dijo a Clarín, la ministra le preguntó por privado en un Zoom de un foro de médicos y pacientes en qué centro de salud estaba internado su marido. Fue cuando escuchó su desesperación al no poder ir a visitar al paciente, que estaba muy grave.
Dijo, sí, otras cosas: “La restricción de las visitas fue una de las decisiones más difíciles que tuvimos que tomar las autoridades sanitarias del país. Era nada más y nada menos que porque no había equipo de protección personal y el equipo de protección personal que había teníamos que destinarlo prioritariamente al equipo de salud que estaba prestando cuidado a las personas con Covid”.
Agregó que “cuando se empezó a contar con el equipo de protección personal y teniendo en cuenta sobre todo el acompañamiento de fines de vida, muchas instituciones, foros, agrupaciones de pacientes, las jurisdicciones y el equipo de Salud fue planteando la necesidad de ir flexibilizando y esa flexibilización fue un proceso de tiempo en el cual algunas instituciones decidían tener algunos protocolos para situaciones especiales”.
Explicó que “se fue generando un consenso que terminó con una publicación de una recomendación del Ministerio de Salud de la Nación en consenso con las provincias, con todas las sociedades científicas y el foro de asociaciones de pacientes el 10 de agosto, acompañando eso que ya estaba sucediendo, dándole un marco normativo para proteger a todo el equipo de Salud que lo estaba haciendo y avanzar con la normativa final que fue el decreto”, publicado el 31 de agosto.
Sobre Brunoldi, Vizzotti dijo que “es parte del foro, una de las personas que lideró esta transición para que se transforme en un decreto para que pudiera ser homogéneo para todo el país y que no dependiera solamente de las instituciones. Ella fue parte de eso. Entiendo que el agradecimiento de ella fue por haber sido escuchada y por haber avanzado”.
Concretamente, la mujer en un acto en el Centro Cultural Kirchner dijo: “Quiero agradecer a Carla, que gracias a ella pude despedir a mi esposo”. Le preguntaron a Vizzotti por qué Brunoldi le había agradeció a ella personalmente y respondió: “Eso habría que preguntárselo a ella”.
Clarín le preguntó a Brunoldi y, precisamente, contó lo del contacto personal que había tenido con entonces secretaria de Acceso a la Salud del Ministerio, que derivó en que ella pudiera finalmente visitar a su esposo en el sanatorio Anchorena.
Si bien Vizzotti dijo que había instituciones que ya estaban autorizando las visitas, fuentes vinculadas a clínicas y sanatorios privados aseguraron a este medio que esa situación no existía y que recién se empezó a relajar cuando se conoció el decreto que revertía la imposibilidad de acompañamiento a los pacientes.
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