La dirigente piquetera escribió una dura carta desde la cárcel en la que apunta contra la Justicia y los medios por su detención.
Horas después de apelar la prisión preventiva dictada por el Equipo Fiscal Especial (EFE) que investiga el femicidio de Cecilia Strzyzowski (28), la dirigente social Marcela Acuña (51) publicó una larga carta de puño y letra, en la que cuestiona su detención con un llamativo argumento: «¿Por qué si fue César nos detienen a nosotros?».
Según publicó Diario Chaco, que accedió al texto de Acuña, la mujer afirmó que tanto ella como su marido Emerenciano Sena (58) tienen una «condena social por ser piqueteros, por razones políticas, por haber levantado la bandera cubana con la Argentina».
«Presos con Emerenciano siendo inocentes; con una causa armada desde el partido judicial y radicales. No hay que confundir, una cosa es el hecho del femicidio de Cecilia, repudiable desde todo punto de vista, y otra cosa es el querer inculparnos desde una fiscalía que sin pruebas nos tiene no solo encerrados, paseándonos como trofeos con esposas como delincuentes, sino que nos mete en una causa con una caratula que no se sostiene hacia nosotros con pruebas, solo con supuestos», disparó la dirigente.
Y luego se preguntó: «¿Por qué, si fue César (su hijo) responsable, nos incriminan a nosotros?».
Según la explicación que dio, fue un punto para atacar a Jorge Capitanich. «Encontraron el punto exacto para atacarnos en serie a Emerenciano, a lo que él significa, y a Capitanich, en un escenario electoral, donde lo que tienen son los grandes medios a su favor, y una justicia de calzoncillos flojos que, indudablemente, influenciados por los grupos económicos que manejan los grandes medios, no dudó en encerrarnos y prenderse a los desmanes del falso periodismo, sumado a las redes ilícitas de difamación, los cuales son muchos», acusó.
Según pudo confirmar Clarín, desde el equipo de abogados que defiende tanto a Acuña como a Emerenciano no estaban al tanto de esta estrategia. «Si va a presentar escritos y defenderse sola, que avise», comentaron irónicamente a este diario fuentes cercanas a la defensa.
No es la primera vez que Acuña desoye los pedidos de su equipo. Tanto ella como Emerenciano declararon en calidad de imputados una vez, sin responder preguntas. En esa ocasión el abogado Juan Carlo Saife, responsable de su defensa, comentó que no les había aconsejado presentarse.
En aquella ocasión, Acuña había dicho que vio «un bulto, parecido a un cuerpo» dentro del domicilio de Santa María de Oro 1460, en Resistencia, donde ocurrió el crimen el pasado 2 de junio.
La fiscalía cree que los padres de César fueron coautores de la muerte de Cecilia, que los tres Sena armaron el plan para «sacársela del medio». De Acuña argumentan que, además, es la autora intelectual del crimen.
Hay un detalle clave en este punto. Si la calificación de Acuña y Emerenciano bajase de coautoría a encubrimiento (la misma que hoy tienen los otros cuatro imputados) saldrían en libertad, ya que el Código Penal «exime» de responsabilidad la figura del encubridor si se tratase de un familiar de primer grado, como un hijo, un padre, un hermano o un cónyuge.
Acuña escribió la carta para «la prensa chaqueña», según indicó en la primera página. Se la entregó a su hermana Patricia. Ricardo Goya, periodista y marido de Patricia, fue quien se encargó de distribuirla entre los medios locales durante el domingo.
«Los radicales se hicieron ver y, por desgracia, tomaron el dolor de una pérdida por bandera política, mezclando todo y dando mucho para que se tergiverse los medios», apuntó Acuña.
«Somos inocentes y aquellos que actúan con malicia, que Dios los perdone, han generado mucho dolor y eso todo Dios ve. No se usa el dolor ajeno para posicionarse en una sociedad que cree en los medios de comunicación», lanzó.
El texto completo
Presos con Emerenciano siendo inocentes; con una causa armada desde el partido judicial y radicales. No hay que confundir, una cosa es el hecho del femicidio de Cecilia, repudiable desde todo punto de vista, y otra cosa es el querer inculparnos desde una fiscalía que sin pruebas nos tiene no solo encerrados, paseándonos como trofeos con esposas como delincuentes, sino que nos mete en una causa con una caratula que no se sostiene hacia nosotros con pruebas, solo con supuestos.
¿Por qué, si fue César (mi hijo) responsable, nos incriminan a nosotros? Creo que por muchos motivos, principalmente la grieta que vivimos como patria, nosotros somos parte de una generación nueva junto a Emerenciano. Hemos dados dignidad junto a un proyecto nacional y popular que nos permitió hacerlo, no solo a nosotros, sino a cientos de dirigentes que iniciaron, de alguna manera, MIRÁNDONOS EL CAMINO DE LA AUTOGESTIÓN. Y este hecho para el país que no queremos volver (2002) es imperdonable.
Encontraron el punto exacto para atacarnos en serie a Emerenciano, a lo que él significa, y a Capitanich, en un escenario electoral, donde lo que tienen son los grandes medios a su favor, y una justicia de calzoncillos flojos que, indudablemente, influenciados por los grupos económicos que manejan los grandes medios, no dudó en encerrarnos y prenderse a los desmanes del falso periodismo, sumado a las redes ilícitas de difamación, los cuales son muchos.
Los radicales se hicieron ver, y por desgracia, tomaron el dolor de un pedido por bandera política, mezclando todo y dando mucho para que se tergiverse los medios.
Creo que a esto se sumaron los que responden directamente a la matricula ideológica de los dictadores militares, portales truchos que siempre en nombre de la patria anhelan matar de alguna manera a nosotros «los negros» y aquí estamos en esa batalla donde los que estamos encerrados somos nosotros, no ellos, y nuestra vulnerabilidad, sin tener voz y privados de libertad, hace que seamos socialmente culpables.
Condena social por ser papá y mamá de César, por ser piquetero, por ser socialistas, por haber tenido a mi padre detenido por razones políticas, por haber levantado la bandera cubana con la argentina, por amar a un caudillo rojo (Emerenciano), por haber hecho Emerenciano más de 400 casas y estamentos públicos sin empresas, por haber creados bibliotecas, centros de recreación, y tanto más.
Todo esto nos hace culpables, clan, mafiosos para la justicia y para aquellos oportunistas que creen que van a volver a gobernar la provincia, y que con el encierro a Emerenciano y la exposición pública van a ganar y gobernar.
Somos inocentes y aquellos que actúan con malicia, que Dios los perdone, han generado mucho dolor y eso todo Dios ve. No se usa el dolor ajeno para posicionarse en una sociedad que cree en los medios de comunicación.
Seamos realistas.
Cambio de color de birome porque el fiscal dictaminó que en mi encierro debo escribir lo menos posible, por lo cual debo pedir con anticipación la birome, bajo la excusa de que es un riesgo.
Asimismo, terminan de hacerme firmar la prisión preventiva, de seguro será un logro para el fiscal que el día que me conoció me dijo «no vas a hacer lo que vos querés», amenazante delante de policías antes que estalle esta comedia dantesca organizada por él y su grupo mafioso que quiere ver a Emerenciano derrotado, preso, y a torturar a una mujer como yo por haberse sentido desafiado.
Peor va más allá, además de la prisión preventiva ordeno que no tenga acceso a determinados libros, entre ellos dos que me trajo mi hija, uno de Montesquieu y otro sobre el proyecto nacional y popular donde se levanta la figura de Cristina Fernández de Kirchner, nuestra vicepresidenta. Al parecer son libros prohibidos para mí, como la birome, como los diarios, radio y hasta el pedido de un MP3 con música clásica, todo es no por orden del fiscal de género, Cáceres Olivera, hasta Cristina Kirchner.
Una acción lo dice todo, sigo con mi huelga, libertad a Emerenciano. Domiciliaria ya.»
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