La Albiceleste se impuso 3 a 0 con goles de Alejo Véliz, Luka Romero y Máximo Perrone. La mala fue la expulsión de Avilés. El viernes, en San Juan ante el invicto Nueva Zelanda, cierra la fase de grupos.
Sin el nudo de los nervios del debut, la Selección Sub 20 jugó desatada y mostró su mejor versión en el ciclo de Javier Mascherano. Por eso, la Argentina no tuvo problema alguno para superar por 3-0 a una humilde Guatemala y así asegurar su boleto hacia los octavos de final. Con puntaje ideal, el equipo del ‘Jefecito’ lidera el grupo A y el viernes con Nueva Zelanda definirá en San Juan si termina esta primera fase como puntero.
No quiso tocar mucho Mascherano del equipo. Entendió que debía darle rodaje a una base para empezar a asentar sociedades, movimientos, funcionamientos. Y estuvo acertado. Solamente metió dos cambios del debut al segundo compromiso. Optó por Tomás Avilés en lugar de Lautaro Di Lollo en el fondo y le dio la oportunidad a Juan Gauto arriba, en reemplazo de Brian Aguirre, que había hecho un gran desgaste ante Uzbekistán.
Y el de Huracán fue protagonista del primero de la tarde para la Argentina al tirar el centro entre tres rivales que fue dirigido a la cabeza de Alejo Véliz. El ‘9’ albiceleste le ganó a la doble marca, de Andy Domínguez y de Jeshua Urizar y con un frentazo, como en el estreno, rompió el cero local en el Único Madre de Ciudades que lució nuevamente colmado.
El conjunto nacional juvenil mostró una cara más suelta desde el juego. La subida constante de Valentín Barco, como si fuera un extremo más, le permitía centrarse a Matías Soulé, que se adueñó de la pelota en la primera parte. El de la Juventus empezó a exhibir sus condiciones con la camiseta argentina. Enganches, paredes con el Colo, pases filtrados a Véliz… Soulé fue un problema sin solución para el medio y la defensa de Guatemala, que volvió a apoyarse en el esquema 5-4-1 con el que cayó ante Nueva Zelanda el pasado sábado. Justamente al ubicarse en los espacios entre líneas, Soulé flotaba sin una marca rival fija y tenía libertades para generar.
Del centro hacia la derecha el que mandaba era Valentín Carboni, que por posicionamiento tenía más diálogo con Gauto. De hecho, el del Inter fue quien le dio la pelota al del Globo para el centro del 1-0. Así, el balón fue siempre de suela en suela celeste y blanca. Desde el primer pase de un seguro y atento Mateo Tanlongo, el dominio fue total de los dirigidos por Mascherano que, más allá de un remate cruzado de Véliz que se fue al lado del palo, debió haber generado más en el primer tiempo.
Los centroamericanos intentaron hacer daño a la espalda de Agustín Giay, que había sufrido mucho contra los uzbekos. Un par de veces pudo desbordar por allí Figo Montaño, aunque sin resolver bien en los metros finales. La más peligrosa fue el tiro de Carlos Santos que Federico Gomes Gerth sacó del ángulo.
Aún perdiendo, el DT mexicano de Guatemala, Rafael Loredo, que en la previa había denunciado a la delegación argentina de espionaje, mantuvo los cinco defensores y su sistema defensivo. Siguió apostando a pescar algún contraataque, el problema es que su equipo hacía todo muy lento cada vez que tenía la chance de progresar sobre el terreno. Lo mismo hizo contra los neozelandeses, sin resultado positivo. Mucho menos cambió cuando se quedó con uno menos tras la correcta expulsión de Santos por doble amarilla.
Ahí, Masche comenzó con la rotación para cuidar algunas piernas y para darle rodaje a otras pensando en el viernes. Más allá de no tener el resultado resuelto, el entrenador decidió mover el banco y puso a Luka Romero y a Maestro Puch en lugar de Soulé y Véliz, las figuras de la primera etapa. También sacó a Barco (con un golpe) para meter a Tomás Vega, jugador del Barcelona B.
Le salió bien porque Luka Romero, en una de las primeras que tocó, marcó el 2-0 provisorio para encaminar la segunda victoria en el Mundial. El de la Lazio levantó la cabeza y visualizó el hueco en el arco de Jorge Moreno. Y ahí la puso de zurda desde unos 20 metros, contra el palo izquierdo.
Y sobre el final, Perrone capturó un rebote del arquero y marcó el 3-0 al arco vacío. Antes, la mala: Avilés vio la roja por doble amonestación.
Así, Mascherano va encontrando las respuestas a las preguntas que le habían quedado tras la frustración del Sudamericano. Con la clasificación en el bolsillo logró revertir aquel sabor amargo.
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