Se trata de Martha Huatay, quien ingresó al país en junio del año pasado. Está acusada de ser autora de un atentado ocurrido en Lima, en 1992, en el que murieron 25 personas.
Huatay es una de las emblemáticas cabecillas de la organización que aterrorizó Perú con su ola de atentados y muertes en los años ochentas y noventas.
Si bien la mujer cumplió una condena a 25 años de cárcel por el proceso judicial por actos de terrorismo a toda la cúpula de Sendero, incluyendo a su fallecido líder Abimael Guzmán, el Ministerio Público de Perú le abrió un nuevo proceso a ella recientemente, como cabecilla del devastador atentado de la calle Tarata.
Ese atentado tuvo lugar el 16 de julio de 1992 en el barrio limeño de Miraflores. Sendero buscaba volar el Banco de Crédito del Perú. Pero los terroristas no pudieron dejar el auto frente a la sede crediticia y estacionaron el vehículo con 250 kilos de explosivos a pocos metros, sobre la calle Tarata.
Murieron 25 personas, 200 quedaron heridas y hubo importantes pérdidas en casas, negocios, automóviles por lo que fue uno de los peores ataques de Sendero.
En su momento, el procurador antiterrorista de Perú, Milko Ruiz, que se ocupa de ese tipo de delitos complejos, hizo una denuncia. Esta fue tomada por la Fiscalía, que pidió la prisión preventiva de Huatay.
A principios de abril pasado, el Poder Judicial informó que el Séptimo Juzgado de Investigación Preparatoria declaró fundado el pedido de la fiscalía de prisión preventiva para la mujer. El juez lo tramitó y ahora se pidió su captura Internacional que ya recibió Interpol argentina.
Conocida en sus años de violencia como “Camarada Rosa” Huatay es una abogada nacida en Trujillo, en 1943.
Encarcelada en el año 1992 por el delito de terrorismo, salió en libertad el 16 de octubre de 2017, tras cumplir 25 años de condena. Imputada ahora por el atentado de la calle Tarata el Ministerio Público solicitó contra ella cadena perpetua mientras que el Poder Judicial acogió un pedido de 3,7 millones de soles (U$S 973.326) para la reparación civil del atentado.
La diferencia con su situación de 1992 es que fue acusada como miembro de Sendero Luminoso con posibilidad de salir en libertad una vez cumplida la pena. Ahora se la busca por el caso Tarata, en el que inicialmente no estuvo incluida.
Pero uno de los sentenciados por ese atentado dijo que la mujer era cabecilla del grupo Socorro Popular, brazo de Sendero Luminoso que ejecutó el atentado en Miraflores. Y por ello le correspondería una cadena perpetua, aunque se desconoce aquí su alcance debido a su edad.
En Argentina hay otra ex terrorista de Sendero. Se trata de la ex bailarina Maritza Garrido-Leca, también miembro del grupo. Entró al país en julio de 2022, y a diferencia de Huatay, pidió refugio político a la CONARE.
Importantes fuentes en el gobierno argentino afirmaron a Clarín que aún no se le ha concedido. Pero su situación igual es menos complicada.
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