Un testigo dio detalles del dinero requerido por el exdirector regional del organismo nacional a cambio de mejoras tributarias. Un pago -de medio millón de pesos- lo entregó en mano al exjefe del área jurídica. Por otras maniobras, también son juzgados el dueño de una minera y su contador.Freddy Rosario Tejerina, un empresario local, ratificó el pago de dinero en el juicio que se lleva adelante el Tribunal Oral Federal N°2 a ex directivos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Regional Salta), al dueño de una empresa minera y a su contador por el delito de fraude a la administración pública, cohecho y concusión.
Al testimonio del empresario, se sumó este lunes la declaración del exdirector general de ese organismo, Guillermo Oro, quien confirmó los términos de la denuncia de Tejerina, como así también se refirió a otras acusaciones en contra de los imputados y el derrotero administrativo y legal seguido tras conocerse las maniobras de fraude.
El juicio, iniciado el 4 de octubre del año pasado, tiene como acusados al exdirector general, Rafael Resnick Brenner; al exjefe del área Jurídica, Nicolás Fili, al dueño de la empresa Minera Santa Rita SRL, Pablo Daniel Haddad, y al contador Federico Guijarro Jiménez. Estos dos últimos, comparten la misma calificación penal, pero en grado activo respecto al cohecho.
El juez Domingo Batule, acompañado por los vocales interinos Marta Liliana Snopek y Federico Santiago Díaz, preside el debate. En representación del Ministerio Público Fiscal intervienen el fiscal general Carlos Martín Amad y la auxiliar fiscal Soledad Cabezas.
La hipótesis penal, en el caso de la firma minera, gira en torno la presentación de facturación perteneciente a otras firmas proveedoras que, en realidad, responden al mismo grupo comercial, siendo el ardid consistente en abultar el crédito fiscal para reclamar una suma mayor en concepto de reintegro del IVA por su actividad exportadora.
Contra Resnick Brenner, en tanto, pesa una acusación por haber pedido una coima de 1,5 millones de pesos al empresario Tejerina a cambio de protección ante posibles sanciones tributarias. En este caso, a Fili se le atribuye la función de enlace y receptor de uno de los pagos.
Testimonios claves
El 6 de febrero pasado, en la reanudación del juicio tras la feria judicial, el tribunal recibió la declaración de Tejerina, quien ratificó el requerimiento de dinero por parte de Resnick Brenner, como así también reveló que parte de esa plata, una suma de 500 mil pesos, se la entregó en mano a Fili.
Previamente, el testigo explicó que, a través de su empresa (Wicap SA) poseía el control de otras más. Dijo que, a mediados de 2015, cuando regresó de un viaje del exterior, le bloquearon el CUIT a su firma principal, producto de una fuerte presión tributaria.
Reconoció que concurría asiduamente a las oficinas locales de la AFIP, en la ciudad de Salta, circunstancias en la que fue citado por una funcionaria del organismo, quien tenía varias preguntas para hacerle debido a falencias en unas presentaciones que debía realizar ante ese órgano recaudador.
Posteriormente, fue recibido por Resnick Brenner, quien le hizo notar que la situación tributaria de sus empresas era compleja, mostrándole un informe de carácter interno, tras lo cual le sugirió que podía haber una solución, pero a cambio debía cubrir unos “honorarios”.
Tejerina accedió entonces al pago de una suma de un millón y medio de pesos en tres pagos. Recordó que, en una segunda reunión, el exdirector general le presentó a Fili como su hombre de confianza, a quien luego sindicó como la persona a la que le entregó uno de los dos pagos que efectuó, lo que sucedió dentro de su vehículo.
En coincidencia con otras piezas del expediente, el testigo confirmó que no se completó el pago completo, que se hicieron solo dos pagos, ya que cambiaron las autoridades de la AFIP y Fili le dijo que ya no lo iban a poder ayudar por la renovación de directivos.
En cuanto a cómo salió a luz este hecho, también ratificó que fue a instancia de la misma AFIP, aunque ya no estaba el acusado como director general. Dijo que le reveló a un nuevo director (Oro) los pagos de dinero realizados y dio a conocer algunas pruebas de ello, tales como mensajes de texto y el informe interno que le mostró Resnick Brenner.
Su testimonio, brindado en respuesta al interrogatorio del fiscal general como ante los abogados de la AFIP, quienes intervienen como querellantes, provocó un fuerte rechazo de las defensas, las que intentaron obtener otras versiones a partir de repreguntas, sin embargo, el testigo se mantuvo firme en sus dichos.
Investigaciones internas
Algo similar sucedió, este lunes, cuando el tribunal convocó a declarar al exdirector general que sacó a luz, tanto el pago realizado por Tejerina como la situación irregular de la minera Santa Rita SRL. Se trata de Oro, quien asumió la dirección general en enero de 2017, cuando se desarrollaba un “plan de sinceramiento fiscal”.
El testigo confirmó el relato de Tejerina, al igual que se refirió a otras denuncias que son motivo de investigación penal, lo que fue objetado por la defensa de Resnick Brenner. La fiscalía y la querella, rebatieron la oposición, criterio que fue compartido por el presidente del tribunal, el que habilitó al testigo a seguir con su relato.
Enseguida, la defensa de Resnick Brenner, a la que se suma también la de Fili, plantearon recurso de reposición, lo que provocó una deliberación por colegiada por parte del tribunal, el que decidió, de manera unánime, rechazar el incidente y avanzar con el testimonio.
En respuesta, Oro, realizó un breve resumen de dichas denuncias, una de ellas radicada en Buenos Aires, mientras que otra, según explicó, tenía que ver con un procedimiento a una finca en la ciudad de Orán, pero que, en todos los casos, tenían que ver con modalidades de extorsión y ofrecimiento de negocios, como el inmobiliario.
En cuanto a la empresa minera, Oro fue contundente sobre la maniobra que se le adjudica a Haddad y Guijarro Jiménez, en cuanto, de los informes internos, surgía claramente la maniobra de los acusados, quienes intentaban mostrar a las empresas proveedores como solventes e independientes, cuando estaba claro que dependía comercialmente de la firma principal.
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