Los nacionalistas rusos y algunos legisladores exigieron el castigo de los comandantes que no supieron reconocer el peligro en el campo de batalla tras la muerte de decenas de soldados rusos en uno de los ataques más mortíferos del conflicto de Ucrania, que despertó ira e indignación en Rusia.
Los críticos rusos dijeron que los soldados estaban alojados junto a un depósito de municiones en el lugar, que según el Ministerio de Defensa ruso, fue alcanzado por cuatro cohetes disparados desde lanzadores Himars de fabricación estadounidense.
Blogueros militares rusos dijeron que el alcance de la destrucción en Makiivka fue el resultado de almacenar municiones en el mismo edificio que un cuartel, a pesar de que los comandantes sabían que estaba dentro del alcance de los cohetes ucranianos.
Duras críticas
Igor Girkin, excomandante de las tropas prorrusas en el este de Ucrania y actualmente uno de los blogueros militares nacionalistas rusos de más alto perfil, afirmó que cientos de personas habían muerto o resultado heridas y que el equipo militar almacenado en el lugar no estaba camuflado.
“Lo ocurrido en Makiivka es horrible”, escribió Arcángel Spetznaz Z, un bloguero militar ruso con más de 700.000 seguidores en la aplicación de mensajería Telegram.
“¿A quién se le ocurrió la idea de colocar al personal en gran número en un edificio, donde hasta un tonto entiende que, incluso si impactan con artillería, habrá muchos heridos o muertos?”, escribió. A los comandantes “les importa un bledo”, afirmó.
Ucrania y algunos blogueros nacionalistas rusos han cifrado en cientos el número de muertos en Makiivka, aunque los oficiales prorrusos afirman que esas estimaciones son exageradas.
La furia en Rusia se extendió a los legisladores.
Girgory Karasin, miembro del Senado ruso y ex viceministro de Asuntos Exteriores, no sólo exigió venganza contra Ucrania y sus partidarios de la OTAN, sino también “un exigente análisis interno”.
Sergei Mironov, legislador y ex presidente del Senado, exigió responsabilidades penales para los oficiales que “permitieron la concentración de personal militar en un edificio desprotegido” y para “todas las autoridades superiores que no proporcionaron el nivel de seguridad adecuado”.
Imágenes no verificadas publicadas en Internet de las secuelas de la explosión en el cuartel ruso de Makiivka mostraban un enorme edificio reducido a escombros humeantes.
“No perdonaremos”
En varias ciudades rusas, entre ellas Samara, de donde procedían algunos de los fallecidos, se celebraron concentraciones en su memoria, según informó la agencia de noticias Ria Novosti. Los familiares depositaron flores en el centro de la ciudad.
“Llevo tres días sin dormir, Samara no ha dormido. Estamos constantemente en contacto con las esposas de nuestros chicos. Es muy duro y da miedo. Pero no podemos quebrarnos. El dolor une… No perdonaremos y, definitivamente, la victoria será nuestra”, dijo a RIA Yekaterina Kolotovkina, representante de un consejo de mujeres de una unidad del ejército, presente en una de las concentraciones en memoria de los soldados caídos.
El ataque contra Makiivka se produjo mientras Rusia lanzaba lo que se han convertido en oleadas nocturnas de ataques con drones contra Kiev y otras ciudades ucranianas.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, declaró en su discurso nocturno por video que los ataques tenían como objetivo “agotar a nuestro pueblo, nuestras defensas antiaéreas y nuestra energía”.
Además, aseguró que Rusia se prepara para intensificar sus ataques contra Ucrania empleando drones explosivos de fabricación iraní, mientras Moscú busca formas de mantener la presión sobre Kiev tras meses de reveses para la estrategia bélica del Kremlin sobre el campo de batalla.
“Tenemos información de que Rusia está planeando un ataque prolongado con Shaheds (drones explosivos)”, afirmó Zelensky en su discurso nocturno el lunes.
Tras sufrir derrotas en el campo de batalla en la segunda mitad de 2022, Rusia recurrió a ataques aéreos masivos contra ciudades ucranianas.
Ucrania dijo el lunes que había derribado los 39 drones que Rusia había lanzando en una tercera noche de ataques aéreos contra objetivos civiles en Kiev y otras ciudades.
Las autoridades ucranianas afirmaron que su éxito demostraba que la táctica rusa de los últimos meses, consistente en lanzar misiles y drones para dejar fuera de combate la infraestructura energética de Ucrania, estaba fracasando cada vez más a medida que Kiev reforzaba sus defensas aéreas.
Rusia niega haber atacado a civiles en lo que denomina una “operación militar especial” contra su vecino del sur lanzada el 24 de febrero.
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