La Casa Rosada avanzó este jueves en la compra del nuevo avión presidencial que reemplazará al viejo Tango 01. Según confiaron fuentes oficiales, el presidente Alberto Fernández terminó de dar el visto bueno y este viernes se publicaría en el Boletín Oficial la decisión administrativa con la confirmación de la adquisición.
Los fondos, según agregaron las fuentes oficiales, saldrán de nuevas partidas dispuestas por el Ministerio de Economía, desde la cartera que conduce Sergio Massa explicaron que se trabaja a contrarreloj en un crédito de 12 millones de dólares de la Corporación Andina de Fomento (CAF).
Según explicaron, el Poder Ejecutivo deberá depositar el monto en los próximos días en la cuenta de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), un organismo que depende de Naciones Unidas y que está a cargo de la operación de compra del avión, una aeronave con capacidad para 39 pasajeros con dormitorios y sala de reuniones.
Hace meses que en el Gobierno se debatía si era conveniente avanzar con la adquisición de un avión oficial -durante el gobierno de Cambiemos existió la misma discusión- que, cuando se termine de concretar, se sumará a la flota compuesta por los Tango 04 y 10, que todavía siguen operativos y que la Casa Rosada utiliza para vuelos cortos de cabotaje.
El Tango 01, adquirido en 1992 por Carlos Menem, costó en su momento unos 66 millones de dólares: desde 2016 que está parado y su mantenimiento anual asciende a los 220 mil dólares.
La crisis económica y el ajuste que el Gobierno instrumentó en los últimos tiempos tras el acuerdo sellado con el Fondo Monetario hicieron que el Presidente ordenara frenar el proceso de compra iniciado en la OACI. Pero en estas semanas, Fernández cambió de opinión y habilitó que se apuraran los trámites.
Según publicó Clarín, la decisión se tomó después de la gira por París y Bali en la que el jefe de Estado tuvo el inconveniente médico que lo obligó a internarse en un hospital de Indonesia.
Para ese viaje, al igual que los anteriores, Fernández y la comitiva oficial volaron en un vuelo charter de Aerolíneas Argentinas que estuvo a disposición del mandatario pero que, por ejemplo, no contó con conexión a internet. Es decir, el Presidente y sus colaboradores estuvieron durante más de quince horas desconectados.
Un informe de la Secretaría General de Presidencia, a cargo de Julio Vitobello, resalta que «en la presente administración se llevan erogados unos 4.371.286,36 dólares» por alquiler de aviones para traslados presidenciales.
En ese mismo documento se detallan los riesgos para la seguridad del jefe de Estado y su entorno en vuelos comerciales, y el déficit en la «seguridad médica y electrónica».
Fue el justificativo que utilizó la semana pasada la Portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, cuando se refirió al tema. «El presidente no viaja en vuelos comerciales porque no lo permite la seguridad de los presidentes y la seguridad internacional», dijo la funcionaria en su tradicional conferencia de prensa semanal.
El Boeing 757-256 modelo 2000 que se apresta a comprar el Gobierno es propiedad de de C&L Aviation Group, la empresa que resultó seleccionada por la OACI.
«Es barato con relación a otros aviones buscados para el traslado de jefes de Estado, por lo que permite cumplir todas las misiones requeridas a un costo reducido. El Boeing 757-200 es un avión de excelentes cualidades operativas por su gran velocidad, techo de servicio, autonomía, potencia y fuselaje medio, lo que permite una correcta distribución de los ambientes necesarios para el traslado presidencial», explicaron fuentes del gobierno vinculadas a la operación.
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