El presidente habló por primera vez tras las elecciones en las que perdió por 1,8 puntos frente al líder del PT y dio un discurso de apenas dos minutos; la jornada estuvo marcada por cortes de rutas por parte de bolsonaristas e incidentes con la policía.
Luego de más de 44 horas de silencio, que sumergieron a Brasil a un escenario de tensión social con cientos de cortes de rutas e incidentes con la policía por todo el país, el presidente Jair Bolsonaro finalmente habló hoy por primera vez tras perder las elecciones presidenciales del domingo por un estrecho 1,8% ante Luiz Inacio Lula da Silva.
Sin mencionar a su rival ni el su derrota del domingo, Bolsonaro comenzó el breve discurso de menos de tres minutos agradeciendo a sus “58 millones” de votantes y, aunque no admitió expresamente que perdió la reelección, dijo: “Como presidente y ciudadano continuaré cumpliendo todos los mandamientos de la Constitución”.
“Siempre fui rotulado de antidemocrático, pero siempre jugué dentro de las cuatro líneas de la Constitución. Nunca hablé de controlar los medios y las redes sociales”, manifestó el mandatario en un mensaje leído ante la prensa en el Palacio de la Alvorada en Brasilia.
“Nuestros sueños siguen más vivos que nunca […] Es un honor ser líder de millones de brasileños. Seguiré defendiendo la libertad económica y religiosa y los colores verde y amarillo de Brasil”, agregó.
Respecto a los bloqueos en las rutas, el presidente dijo que son “fruto de la indignación y un sentimiento de injusticia por cómo se desarrollaron las últimas elecciones”, pero hizo un llamado a la moderación de las protestas. “Las manifestaciones pacíficas serán bienvenidas, pero nuestros métodos no pueden ser los de la izquierda, que siempre han perjudicado a la población”, dijo Bolsonaro.
Negociaciones detrás del silencio
Desde las 14, ministros de diversas áreas habían empezado a llegar al Palacio de Alvorada, entre ellos Carlos França (Relciones Exteriores), Marcelo Queiroga (Salud), Joaquim Leite (Medioambiente) y Marcos Montes (Agricultura). También el diputado Eduardo Bolsonaro, uno de los hijos del presidente.
El mandatario escuchó en las últimas horas recomendaciones de su círculo íntimo para que se pronunciara lo antes posible y reconociera el resultado electoral.
El ministro de Comunicaciones, Fábio Faria, había dicho poco antes que el mandatario también esperaba reunirse con jueces del Supremo Tribunal Federal (STF) y que no impugnaría su derrota electoral.
El discurso presidencial era esperado para calmar las protestas de partidarios bolsonaristas que bloquearon más de 400 carreteras en muchos estados de Brasil, junto con camioneros que demandaban que el líder ultraderechista impugnara la victoria de Lula (50,9%-48,1%).
El triunfo del líder del Partido de los Trabajadores (PT) fue reconocido inmediatamente por varios líderes internacionales y por aliados del propio Bolsonaro.
“Además del cálculo político de su prolongado silencio, me parece que Bolsonaro sufrió un profundo golpe emocional, y que de hecho no esperaba perder. Parece alguien que está perdido, sin saber qué hacer”, dijo a LA NACION Mauricio Santoro, politólogo y profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ). “Tenemos un país muy dividido y, desde enero próximo, una oposición que no siempre actuará dentro de las normas del juego democrático”, advirtió.
El pronunciamiento del presidente brasileño llegó tras varias horas de tensión por los bloqueos en la mayoría de los estados y el Distrito Federal. La situación llevó a que anoche el STF ordenara a la Policía Rodoviaria Federal (PRF) que despejara de inmediato más de 400 rutas en todo el país bloqueadas por camioneros y simpatizantes que apoyan a Bolsonaro y que desconocen la derrota del mandatario en las elecciones del domingo a manos de Luiz Inacio Lula da Silva.
Esta mañana, Bolsonaro había convocado a una reunión de urgencia al ministro de Defensa, Paulo Sérgio Nogueira, y otros funcionarios en el Palacio de Alvorada para tratar la crisis de los bloqueos.
El ministro del STF Gilmar Mendes y Bruno Dantas, del Tribunal de Cuentas de la Unión, buscaron que otros ministros de la Corte; el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira; ministros del gobierno, y presidentes de partidos políticos de centro se sumaran para intentar convencer al mandatario de que hiciera su pronunciamiento sobre el ballottage. El ministro de Economía, Paulo Guedes, y Tarcísio de Freitas, gobernador electo de San Pablo y exministro de Infraestructura de Bolsonaro, estuvieron en contacto con los funcionarios judiciales.
La participación de De Freitas para convencer a Bolsonaro de hacer un discurso pacificador fue clave, a raíz de que el exministro fue el encargado de negociar con los camioneros durante el gobierno del presidente Bolsonaro en varios momentos en los que hubo posibilidades de paros del sector.
Los camioneros autónomos son una de las categorías más cercanas al presidente. De Freitas reconoció en las conversaciones que mantuvo con autoridades dentro y fuera del gobierno que los manifestantes solo saldrían de la calle cuando hubiera un pronunciamiento de Bolsonaro, reportaron medios locales.
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