Liga ProfesionalRacing sigue en la lucha: le ganó a Colón en Santa Fe y pelea mano a mano con Boca por el título

Y le costó al vertical delantero acomodarse al club. Tanto que hasta recibió murmullos en sus primeros partidos. Hasta que hizo un click y no paró de crecer. Fue genio y figura en los últimos partidos de la Academia. Y esta tarde fue vital para abrir el marcador en un partido que se le estaba volviendo chivo al conjunto de Gago.

Fue un duelo de ida y vuelta en la primera parte, atractivo, sin mediocampo. Intercambiaron ataques Colón y Racing, mostraron intensidad y pocos ideas. La pelota pasó poco por Emiliano Vecchio y por Luis Miguel Rodríguez, entonces no hubo pausa. Y en ese golpe por golpe, los dirigidos por Fernando Gago fueron superiores, aunque otra vez pagó caro la falta de contundencia. Tuvo tres claras Matías Rojas y definió mal en todas.

No hubo clima de final de torneo en Santa Fe. La lluvia, el horario en un día laboral y la mala campaña de Colón invitaron al faltazo de los hinchas sabaleros. Lució despoblado el estadio y la imagen fue triste. Se plantó con su 4-3-3 habitual la Academia, con Johan Carbonero y Matías Rojas por las bandas en el ataque. Arrancó con todo el colombiano, que transita su mejor momento desde que llegó al elenco de Avellaneda. Pero rápido el entrenador Marcelo Saralegui le doblegó la marca con las ayudas del los volantes al lateral Gian Nardelli. Y esa atención extra para Carbonero liberó a Rojas por el sector opuesto.

Contó con tres situaciones clarísimas el paraguayo y en todas definió mal. La falta de eficacia fue el karma que padeció Racing a lo largo de la temporada. En la primera, el zurdo enganchó adentro del área, remató con efecto y la pelota buscó el ángulo derecho de Picco; en la segunda, entró en velocidad, abrió el botín izquierdo para disparar una habilitación de Carlos Alcaraz -que ingresó por el lesionado Vecchio- y el balón se fue unos centímetros arriba del travesaño; en la tercera, se apuró en cabecear y se la regaló al arquero.

No lució Racing porque decidió jugar a lo que propuso Colón: el golpe por golpe, más allá de que tuvo la posesión del 70 por ciento. Fue mejor, se dijo, y obtuvo las mejores situaciones. Pero careció de claridad y tranquilidad para manejar el ritmo del juego. Y Colón se paró de contra y en un par de oportunidades pudo poner a Ramón Ábila mano a mano con Leonardo Sigali. El ex Boca le ganó solo en una y Gabriel Arias le cruzó el cuerpo. Wanchope pidió penal de manera vehemente, aunque el árbitro Germán Delfino estuvo bien en no sancionar la supuesta falta.

Los primeros instantes del complemento fueron una continuidad de la etapa inicial y la preocupación se notaba en el rostro de Gago. Siguió manejando la pelota Racing y errando goles. Las sensaciones no eran buenas. Carbonero dibujó una diagonal de izquierda a centro y casi la cuelga de un ángulo. Minutos después, Copetti no le acertó al arco tras una linda media vuelta adentro del área.

Pero suele tener cosas ilógicas el fútbol: Racing encontró la ventaja con un contragolpe, justo el método que había pensado Colón. Recuperó alto Copetti y Gonzalo Piovi metió un pase de crack desde 30 metros para poner a correr a Carbonero. Tiene una velocidad imposible de igualar el delantero: se metió en el área en soledad y definió con un toque leve de zurda ante la salida de Chicco.

Fue un golpe duro para el local, que venía de tres victorias en fila. Los murmullos empezaron a caer y los jugadores se desconcentraron. Aprovechó la visita y de un córner anotó el segundo. Estuvo lúcido Gago en dejar unos segundos más en cancha a Rojas para que ejecute el saque de esquina: Piovi (otra vez) peinó en el primer palo y Copetti definió en el segundo. Fue el final. Iban 22 minutos.

Ganó Racing y avisó que será el retador de Boca. Luego del empate de Atlético Tucumán contra Rosario Central, los dirigidos por Gago debían dar un golpe de autoridad de visitante. Tenía que hacer eso que tanto le suelen reclamar. Y lo hizo.