Boca pasó por Junín, con todo el fútbol argentino expectante de este duelo trascendental para la tabla de posiciones, y el balance de su visita a Sarmiento fue más que positivo: sufrió hasta el final pero se llevó una victoria que vale medio título.
Ahora, al equipo de Hugo Ibarra le quedan tres partidos para saber si podrá quedarse con la Liga Profesional 2022, un título que se disputaron varios equipos y con el que se ilusionaron muchos más desde el comienzo del campeonato, con aquella fecha 1 que se empezó a disputar hace apenas cuatro meses, el viernes 3 de junio.
En el futuro inmediato, Boca deberá regresar del corazón de la provincia de Buenos Aires hasta la «gran ciudad», donde comenzará a preparar el partido que se le viene, otra visita de riesgo, nada menos que contra Newell’s en Rosario. El partido, por la fecha 26, está programado para el domingo 16 a las 15:30 en el Coloso del Parque Marcelo Bielsa.
La Lepra es un equipo bravo, que supo ser líder e invicto de la LPF en el primer tramo del certamen. Y ahora, necesita sumar para meterse en alguna copa internacional, por lo que se descuenta un estadio repleto y el deseo de bajar a Boca.
Tres días después del choque contra Ñuls, el miércoles 19, Boca vuelve a salir a la cancha para jugar contra Gimnasia en el Bosque, el partido que debió suspenderse luego de los incidentes en la cancha del Lobo y la brutal represión policial que causó la muerte de un hincha del equipo platense.
El partido, correspondiente a la fecha 23, se jugará entre la 26 y la 27, la anteúltima y la última de la Liga Profesional, una situación insólita y desafortunada para un torneo que debió alterar su definición por una causa ajena a lo futbolístico.
¿Cómo estará Boca tras su travesía por La Plata? Las matemáticas y este fútbol imprevisible permiten pensar que cualquier alternativa es posible, desde la de ser campeón hasta la de quedar fuera de la pelea contra Racing, Atlético Tucumán, River y el propio Gimnasia.
Lo único seguro es que Boca volverá a jugar un puñado de días después, posiblemente el domingo 23 (no hay confirmación oficial), en su regreso a La Bombonera luego de su gira de tres partidos en los que fue visitante.
El rival para esa última fecha, que puede ser apasionante de acuerdo a lo que dicten las posiciones en la tabla, será nada menos que Independiente, un clásico que se disputará mientras a la misma hora, supuestamente y si los organismos de seguridad lo autorizan, estarán jugando Racing y River del otro lado del Riachuelo, en el Cilindro de Avellaneda.
¿Y la Copa Argentina?
Pero atención porque para Boca no todo gira alrededor de la Liga Profesional. Una vez que se termine el torneo, al equipo de Ibarra le espera un duelo clave por el otro torneo que lo tiene pendiente de la chance de dar otra vuelta olímpica, esta vez por Copa Argentina.
La semifinal del Xeneize será contra Patronato de Paraná, un rival entrerriano que viene de eliminar a River en cuartos y muy probablemente ya se encuentre descendido a la Primera Nacional cuando le toque jugar ante los de La Ribera (hoy está lejos de Arsenal, su rival inmediato en esa tabla por la permanencia).
El partido estaba programado para el miércoles 19 pero como Boca ese día recuperará el choque pospuesto ante Gimnasia, la nueva fecha sería el miércoles 26 en el estadio Mario Alberto Kempes de la ciudad de Córdoba.
A ello habrá que agregarle después, en caso de que Boca supere al Patrón, la final de la Copa Argentina, en la que por el otro lado de la llave van Banfield y Talleres. Ese partido se jugaría en Mendoza, en noviembre, con el inicio del Mundial de Qatar a la vuelta de la esquina.
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