Había sido impulsado para la conducción del organismo de crédito por Donald Trump hace dos años. Ahora comienza el proceso para elegir a un sucesor.
La Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) decidió este lunes la destitución del presidente Mauricio Claver-Carone, tras una votación realizada luego de que una investigación realizada a petición de la junta directiva del banco determinara que el norteamericano habría roto las normas de ética interna.
Los gobernadores de la Asamblea -compuesta por ministros de Economía, Hacienda o directivos de bancos centrales de los 48 países miembros del BID- decidieron por unanimidad que el estadounidense, de origen cubano, debe abandonar la institución.
Claver Carone “cesará en sus funciones como presidente del banco, con efecto el 26 de septiembre de 2022″, añadió el BID en un comunicado. Le sustituirá la vicepresidenta ejecutiva, la hondureña Reina Irene Mejía Chacón, hasta que se elija a un nuevo presidente.
Desde el pasado viernes, los gobernadores -que son quienes aprueban el nombramiento y la destitución del presidente- han estado votando si quieren que Claver-Carone deje su cargo, por haberse saltado las normas del banco.
Hasta el momento han votado más del 90% de los convocados, explicó a EFE la fuente, mayoría suficiente para que el directorio ejecutivo pueda oficializar su destitución en las próximas horas.
Estadounidense de origen cubano, Claver-Carone -el único presidente estadounidense en los 62 años de historia del banco- fue elegido para encabezar el BID en septiembre de 2020 a propuesta del entonces presidente estadounidense, Donald Trump (2017-2021).
El organismo de mayor jerarquía del banco de desarrollo más grande de América Latina comenzó a votar a última hora del jueves y alcanzó el quórum y la mayoría de votos requeridos poco después del mediodía del lunes, comentó la fuente a la agencia Reuters, y agregó que se espera que las postulaciones para reemplazar a Claver-Carone comiencen la próxima semana.
La remoción llega después de una investigación hecha tras una denuncia anónima, un caso que se destapó la pasada semana, cuando una agencia de investigación presentó un informe a los miembros del directorio ejecutivo de la institución.
El informe también fue presentado al propio Claver-Carone, quien sigue manteniendo su inocencia y asegurando que no hay pruebas que confirmen la relación.
Claver-Carone ha rebatido la veracidad del informe, denunciando enérgicamente la forma en que se realizó la revisión y no ofreciendo ninguna pista de que esté considerando su dimisión.
Según los investigadores, ha negado haber tenido -ahora o antes- una relación sentimental con su mano derecha de toda la vida.
Su jefa de personal negó las acusaciones de la denuncia anónima y dijo a los investigadores que nunca había violado el código ético del BID, según el informe. En un escrito presentado a los investigadores, también se quejó de que se le había negado el debido proceso.
“Ni yo ni ningún otro miembro del personal del BID hemos tenido la oportunidad de revisar el informe final de la investigación, responder a sus conclusiones o corregir las inexactitudes”, dijo Claver-Carone en un comunicado el martes.
Algunas de las afirmaciones más salaces a las que hace referencia el informe no pudieron ser corroboradas por Davis Polk, con sede en Nueva York. Aun así, Davis Polk criticó a Claver-Carone y a su jefe de personal por no cooperar plenamente con su investigación, considerándolo una violación de las políticas y principios del banco.
Por ejemplo, el informe dice que Claver-Carone no entregó su teléfono móvil emitido por el banco para su análisis, aunque sí proporcionó un informe forense realizado por un consultor. Claver-Carone tampoco compartió los mensajes de su teléfono personal o de su cuenta de Gmail con su jefe de personal, según el informe.
Claver-Carone, cuando se le confrontó con fotografías del supuesto “contrato” durante una entrevista este mes, dijo a los investigadores que nunca había visto el documento y negó que fuera su letra o su firma. Afirmó que el documento era fraudulento y que formaba parte de un plan del ex marido de su ayudante para perjudicarla.
En una carta dirigida al consejero general del banco, vista por la agencia AP, los abogados de la jefa de personal dijeron que su ex marido tenía un historial de crueldad y venganza que se planteó en el proceso de divorcio. Dijeron que cualquier prueba que proporcionara a los investigadores no debería considerarse creíble.
Sin embargo, dos expertos caligráficos independientes, uno de los cuales trabajó anteriormente para el FBI, concluyeron que existía una alta probabilidad de que la letra del mantel individual -que se muestra en el informe- coincidiera con la caligrafía de Claver-Carone en los documentos bancarios. Claver-Carone se negó a presentar una muestra de su escritura como parte de la investigación, según el informe.
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