El cálculo fue realizado en base a un trabajador en relación de dependencia que queda exento del impuesto gracias a los cambios anunciados el viernes.
La preocupación de los funcionarios por aliviar la presión del impuesto a las Ganancias se inició con los trabajadores en relación de dependencia y parece continuar con los monotributistas. Los autónomos por ahora están en lista de espera porque aún no apareció un plan para ellos.
Los números sobre la diferencia en el trato frente a Ganancias son contundentes.
La tributarista Florencia Fernández Sabella trazó este panorama:
Un asalariado que percibirá durante el año 3.365.000 pesos quedará exento de pagar Ganancias. Esto es porque cobró cinco salarios de $ 225.000 hasta mayo inclusive, $ 280.000 entre junio y diciembre y dos medios aguinaldos completos que suman otros $ 280.000.
Por el contrario, un trabajador autónomo que facturó $ 3.365.000 durante todo el año terminará pagando al final del año fiscal $ 724.974 pesos por el impuesto a las Ganancias, suma equivalente al 22% de los ingresos facturados.
El monotributista que facturó por el mismo monto que el autónomo, habrá pagado $ 177.940, el 5% de su ingreso. Esta cifra, claro, fue calculada antes de que se conociera la idea de elevar los topes de facturación de todas las categorías.
Las diferencias a favor de los trabajadores en relación de dependencia son cada vez más grandes. Hay quienes justifican esto en que el autónomo, atinadamente ante este escenario, suele subfacturar sus ingresos. Desde ya, las diferencias entre autónomos y asalariados en relación de dependencia se atenúan cuando el asalariado supera el mínimo no imponible, porque por unos pocos pesos ya entra en la alícuota máxima del 35%.
“La ley del Impuesto a las Ganancias siempre le dió una protección extra al empleado frente al autónomo, nunca los trató como iguales. Pero el problema es que estas medidas que por ahora favorecen solo a los empleados en relación de dependencia lo que hacen es aumentar la inequidad hasta un punto en donde se torna ridícula la diferencia” subraya Fernández Sabella.
“Como siempre el sistema tributario argentino sigue trabajando sobre la base de parches que intentan arreglar deficiencias que deberían corregirse de base. Esto es lo que provoca que al darle un beneficio a los empleados en relación de dependencia se ponga en una situación de desventaja a personas que siendo autónomas o monotributistas no tienen a fin de cuentas una capacidad contributiva tan diferente a la del empleado” concluye la especialista.
Los trabajadores independientes tratan de esquivar todo lo que pueden ser categorizados como autónomos. Y eso se nota en las cifras del ministerio de Trabajo. De un pico de 429.000 inscriptos en el régimen general observado en septiembre de 2013, se cayó a 375.000 en enero de 2021. Hoy están en 385.000.
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