La visita del presidente boliviano, Luis Arce, obligó a los equipos técnicos de Energía de ambos países a acelerar las negociaciones por la provisión de gas para el invierno. Según lo que se estaba discutiendo pasadas las 14, Bolivia no solo mantendría el mismo volumen de gas que despachó en el invierno pasado, sino que hasta se firmaría una intención de enviar más gas, en caso de que Brasil no lo necesite.
Al ser un contrato cuyo precio está atado a los valores internacionales del petróleo, la Argentina pagará más en comparación con lo que estimaba a comienzo de año. Sin embargo, significaría un ahorro significativo en comparación con los precios que debe desembolsar por el gas natural licuado (GNL) que se importa por barco.
Según fuentes oficiales cercanas a la negociación, Bolivia entregará en el invierno (en el pico de demanda) 14 millones de metros cúbicos diarios (m3/d), el mismo volumen que en 2021. Sin embargo, habrá dos precios escalonados. Por los primeros 10 millones de m3/d, se pagarán entre US$8 y US$9 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector), mientras que por los 4 millones restantes, el precio se duplica y podría alcanzar los US$18.
Adicionalmente, Bolivia le dará prioridad a la Argentina para entregar 4 millones de gas extra y alcanzar un volumen de 18 millones, si Brasil no los necesita. “El país tendría prioridad ante cualquier empresa privada de Brasil. Se firmará por estos 4 millones de m3/d un contrato interrumpible”, explicaron en el Gobierno.
En enero, la Secretaría de Energía había estimado un precio promedio de US$7,5 el millón de BTU para el gas de Bolvia. En aquel momento no se creía que Rusia finalmente invadiría Ucrania y que el valor del GNL se dispararía aún más de lo que ya lo venía haciendo a fines del año pasado, por la salida de la pandemia y la mayor demanda. Con relación a lo que la Argentina se ahorra si ese gas llegara por buque, el Gobierno calcula que cada metro cúbico extra que entrega Bolivia es un ahorro de US$9000 por día.
“El precio del gas boliviano responde a una indexación a los precios internacionales del petróleo y derivados con rezago. Se está negociando una adenda para repetir un suministro de 14 millones de m3/d en el invierno con US$8 de contrato para los primeros 10 millones y un precio mayor, de US$18 para el resto. Esta introducción de precios no lineales resulta adecuada por una cuestión de incentivos de provisión dada la naturaleza interrumpible del tramo por encima de los 10 millones m3/d. La oferta boliviana ha mejorado recientemente gracias a las mayores lluvias en Brasil”, explicó en un informe Fernando Navajas, economista jefe de FIEL.
En el invierno, la demanda total de gas aumenta de un promedio de 130 millones a 180 millones de m3/d. Según las proyecciones de la Secretaría de Energía, se estimaba cubrir ese consumo con un 73% de producción nacional, 9% por parte de Bolivia y el 18% restante con GNL, aunque este cálculo cambió por la disparada de precios internacionales y la escasez de reservas en el Banco Central.
La Argentina tiene emplazados dos buques que regasifican el GNL que llega por buques. Uno está en el puerto de Escobar, que tiene un máximo de capacidad de regasificación de 22 millones de m3/d, y el otro en Bahía Blanca, que puede regasificar hasta 15 millones.
Al momento, la empresa estatal Ieasa (ex-Enarsa), encargada de las compras de GNL, adjudicó ocho buques (cinco para Escobar y tres para Bahía Blanca) por valores de entre US$35 y US$45 el millón de BTU. La operación le costó al Tesoro alrededor de US$800 millones, cuando el año pasado había pagado US$1100 millones por los 56 barcos que adjudicó para todo el invierno.
Para este año, el Gobierno esperaba contratar 74 buques, pero, dados los nuevos valores del GNL, se calcula que, con suerte, se podrán comprar 50 cargos, lo que hará que falta gas en el invierno, ya que la actividad económica es mayor a la del año pasado.
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