Fue a mediados de marzo cuando llegaba el reporte de los vecinos de calle Rivadavia al 1200 respecto a un problema que tenían en esa parte de la ciudad, por un enorme pozo que necesitaba con urgencia ser arreglado.
Aunque señalizada, esta rotura no disimulaba su profundidad de 3 metros ni la peligrosidad que representaba para el tránsito vehicular al ocupar un tramo importante de la calle, como así para los vecinos que circulan por la zona, que salen a trabajar, a hacer las compras o los chicos que van a clases, según publicó Informatesalta.
¿Qué pasó desde entonces? La respuesta es simple: nada. El móvil de InformateSalta volvió a ir calle Rivadavia para ver que luego de un par de semanas, la situación no cambió, al contrario, este cráter ha aumentado sus dimensiones y se ha transformado inclusive en un basural a cielo abierto.
Hojas, ramas, restos de poda, envases, pedazos de cemento, ladrillos, guijarros, plásticos, pedazos de la cinta de “no pasar”, bolsas, son algunos de los desperdicios que se pueden ver en esta hendidura donde también se puede apreciar el tramo de una cañería que ha quedado descubierta.
No obstante, este pozo también se ha vuelto un monumento a las bebidas: hay envases de vidrios de vino, sidra y otras bebidas alcohólicas que, una vez que alegraron a sus consumidores, han sido usadas para darle coloridos y ornamentación a este pozo que sigue esperando respuestas por parte de los vecinos, los cuales deben hacer maniobras impensadas para poder estacionar sus autos y tratar de convivir en el día a día con el cráter.
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