La cepa, altamente contagiosa, representa casi el 95% de los casos del país; gracias a la campaña de vacunación no temen otro colapso del sistema sanitario
Lo que nadie quería oír ya está en boca de los expertos: la cuarta ola de coronavirus ya llegó a Italia, donde en la última semana debido a la variante delta hubo un alarmante repunte de nuevos casos, internaciones y víctimas.
Según la Fundación Gimbe –que monitorea la situación desde el inicio de la pesadilla del Covid-19 en 2020- “Italia ha entrado en la cuarta ola epidémica”. En una semana, entre el 21 y el 27 de julio, los contagios aumentaron en un 65%, los fallecimientos en un 46%, las hospitalizaciones en un 35% y las camas ocupadas en terapias intensivas, un 15%.
Ayer se registraron 19 muertes y después de 15 semanas en baja, en la última semana hubo 111 (para un total 128.029). Y se reportaron 6171 nuevos casos, dato que no se veía desde mayo pasado, pero con una diferencia fundamental: entonces había un 600% más de personas internadas y no había avanzado tanto la campaña masiva de vacunación. Hoy se reportaron 6619 nuevos casos y 18 muertos. Hay 1812 internados por coronavirus en todo el país y 201 en terapia intensiva.
Según datos del ministerio de Salud, el 58,82% de la población mayor de 12 años completó el esquema de vacunación en Italia. Y la circulación del virus se da sobre todo entre jóvenes de entre 10 y 29 años, indicó hoy el presidente del Instituto Superior de Salud, Silvio Brusaferro, que precisó que la edad promedio de los internados es de 49 años y que la variante delta ya alcanzó casi un 95% en Italia. “La infección crece, debemos movernos con prudencia”, advirtió.
Otro clima
Pese a que técnicamente ha llegado la cuarta ola en Italia, no reina el clima de pánico de 2020 en la península, donde la mayoría se encuentra de vacaciones en un país prácticamente reabierto en todo sentido, donde aún es obligatorio el tapabocas en lugares cerrados o muy concurridos.
“Nada será como en el otoño pasado”, afirmó el infectólogo Massimo Galli, director del hospital Sacco de Milán, que no fue pesimista gracias a la hasta ahora exitosa campaña de vacunación. “La variante delta es muy contagiosa pero no por esto vamos a volver a vivir las terribles escenas de Bérgamo (con filas de camiones militares que se llevaban ataúdes porque el crematorio no daba abasto) y los confinamientos nacionales”, subrayó.
Coincidió el epidemiólogo Pier Luigi Lopalco: “Es difícil entender qué debemos esperar de esta cuarta ola, pero me animo a pronosticar que a paridad de positivos tendremos un número de internados decimado gracias a las vacunas”, aseguró.
El ministro de Salud, Roberto Speranza, admitió, en tanto, que “los números son muy claros y reflejan una tendencia no solo italiana” y adelantó que se espera que la variante delta en agosto sea “predominante” en todos los países europeos. “El arma de más que tenemos es seguramente la campaña de vacunación, verdadera arma de libertad que nos puede permitir evitar los cierres que hemos conocido en otros tiempos”, destacó, en medio de una ola de protestas del colectivo “No Vax” en contra del pase sanitario que a partir del 6 de agosto será necesario para varias actividades, al estilo francés.
Cifras contundentes
En relación a los “no Vax”, un estudio que difundió el martes pasado el Instituto Superior de Sanidad fue tajante: el 99% de los fallecidos por coronavirus desde febrero pasado hasta hoy no se había vacunado. El 1%, aun habiendo sido inmunizado, murió por ser demasiado frágil por edad (89 años promedio) y comorbilidades (al menos cinco).
El avance de la variante delta preocupa no solo por los enfermos y la presión hospitalaria –que sigue estando bajo control-, sino en vista del comienzo de las clases en septiembre, que el gobierno quiere sí o sí que sea presencial. Tanto es así que se está evaluando una eventual obligatoriedad de la vacuna para todo el personal escolar y docente.
Algunos expertos calculan que el pico de la cuarta ola será alrededor del Ferragosto, es decir, el 15 de agosto, feriado emblemático de las vacaciones de verano de la península; aunque hay otros que creen que podría llegar antes, dentro de 5 o 7 días y no ocurrirá contemporáneamente en todas las regiones. “Por ejemplo Roma ya alcanzó el pico de contagios el 27 de julio y esa fecha nos explica muchas cosas: los festejos por la victoria en el campeonato Europeo concluyeron dos semanas antes, el 12 de julio”, precisó el profesor Giovanni Sebastiani, matemático del Instituto para el Cálculo del Consejo Nacional de Investigaciones.
Lo cierto es que, si la curva de contagio sigue la tendencia en alza, al menos tres regiones –Lazio, Sicilia, Cerdeña- corren el riesgo de volver a ser de color amarillo (es decir, con algunas restricciones) antes del fin de agosto. De hecho, han superado abundantemente la incidencia de 50 casos semanales cada 100.000 habitantes, aunque las camas ocupadas en hospitales y terapias intensivas aún se encuentran por debajo del umbral preocupante y, sólo por eso, permanecen en zona blanca, en base a los nuevos parámetros decididos por el gobierno en el último decreto.
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