Para derribar a los escépticos y antivacunas, investigadores de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) elaboraron un decálogo con las razones científicas que prueban que vacunarse siempre es una buena idea.
A lo largo de la historia, los seres humanos han desarrollado con éxito vacunas para una serie de enfermedades potencialmente mortales, como la meningitis, el tétanos, el sarampión y la poliomielitis. Sin embargo, diferentes movimientos en el mundo buscan desprestigiar la vacunación.
En los últimos cinco años se vio un regreso significativo de las enfermedades infecciosas epidémicas, que culminaron en COVID-19. En nuestro nuevo mundo posterior al coronavirus, el autor se preguntó cómo podemos prevenir enfermedades futuras mediante la expansión de la diplomacia, la cooperación científica y de vacunas, especialmente para combatir los problemas que los humanos nos hemos causado tales como los movimientos anticiencia que propagan fake news y tergiversan hechos.
En España, una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) aseguraba que solo el 6,5 % de la sociedad española no estaba dispuesta a vacunarse contra el coronavirus, y que otro 5% tenía dudas y aún no estaba decidido. Sin embargo, hoy esos porcentajes podrían haberse visto incrementados debido a las cambiantes decisiones políticas sobre para quién es adecuada o no cada tipo de vacuna.
Los científicos de todo el mundo se encuentran en este momento tratando de mostrar, a través de cifras, estudios y evidencia irrefutable, que la vacuna es imprescindible.
Para hacerles frente a los más dubitativos o escépticos, investigadores de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) elaboraron un decálogo con argumentos científicos a favor de la vacunación contra el COVID-19:
1.- Todos los medicamentos tienen efectos secundarios, pero sus beneficios son muy superiores a los riesgos que se asumen.
2.- Desde el comienzo de la vacunación, los fallecimientos en residencias de ancianos se han reducido drásticamente.
3.- Las vacunas son las terapias más seguras y los posibles riesgos de las vacunas son poco probables.¿
4.- Las vacunas basadas en ARN se llevan estudiando desde hace veinte años.
5.- Los riesgos derivados de la COVID-19 son muy superiores, con riesgo de muerte, a las poco frecuentes trombosis derivadas de las vacunas.
6.- No hacer una vacunación masiva prolongará la pandemia durante mucho más tiempo. No existen certezas, pero no hacer nada no va a mejorar la situación.
7.- La vacunación masiva permite la vuelta a la normalidad y la recuperación paulatina de la normalidad.
8.- Si ante una primera dosis no ha habido reacción, el riesgo de sufrir algún tipo de efecto secundario con la segunda dosis es mínimo.
9.- Los profesionales sanitarios y el personal de residencias han sido los primeros colectivos en vacunarse y los efectos secundarios graves apenas han existido.
10.- Vacunarse es un acto altruista: no solo se protege uno mismo, también contribuye a la protección de toda la sociedad, especialmente de aquellas personas inmunodeprimidas que no pueden optar a este tipo de terapias.
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