Aunque todavía está en una fase inicial de estudios, ya se analizan cuáles serían los potenciales beneficios: facilidad de administración y de conservación. Qué opinan los expertos
Con más de la mitad de su población (52,41%) vacunada con ambas dosis contra el COVID-19, la enfermedad que ya generó casi 125 millones de contagios y 2,7 millones de muertes alrededor del mundo, de acuerdo a datos del Johns Hopkins University & Medicine Coronavirus Research, Israel apuesta por seguir generando avances en el mundo de la medicina. Esta vez, lo hace a través de una farmacéutica de origen israelí-estadounidense que se prepara para lanzar un ensayo clínico de fase 1 para lo que podría convertirse en la primera vacuna oral COVID-19.
Oramed Pharmaceuticals, una firma de base tecnológica desarrollada por Hadassah-University Medical Center, anunció recientemente un joint venture con Premas Biotech, con sede en India, para desarrollar una nueva vacuna oral contra el coronavirus. El desarrollo lo están llevando adelante a través de la empresa Oravax Medical y la vacuna oral produjo anticuerpos con éxito en un estudio preclínico después de una dosis única.
La vacuna se basa en la tecnología de administración oral POD, de Oramed, y la tecnología de vacunas, de Premas, anunció la compañía recientemente.
La tecnología de Oramed se puede utilizar para administrar por vía oral una serie de terapias basadas en proteínas que, de otro modo, se administrarían mediante inyección. Sin ir más lejos, Oramed se encuentra en medio de un ensayo clínico de fase 3 a través de la FDA de los Estados Unidos de una pastilla de insulina para la diabetes tipo 1 y tipo 2.
“Una vacuna oral contra el COVID-19 eliminaría varias barreras y podría generar una distribución rápida y a gran escala, lo que podría permitir que las personas se tomen la vacuna en su casa. Si bien la facilidad de administración es clave para acelerar las tasas de inoculación, una vacuna oral podría ser aún más valiosa en el caso de que se recomiende una aplicación anual, tal como ocurre con la vacuna estándar contra la gripe“, comentó Nadav Kidron, director ejecutivo de Oramed a través de un comunicado de prensa.
La empresa completó un estudio piloto en animales y descubrió que la vacuna promovía el desarrollo de anticuerpos de inmunoglobulina G (IgG) e inmunoglobulina A (IgA). La IgA es necesaria para la inmunidad a más largo plazo.
La vacuna candidata de Oravax se dirige a tres proteínas estructurales del nuevo coronavirus, a diferencia de la proteína de pico único dirigida a través de las vacunas Moderna y Pfizer, afirmó Kidron. Como tal, “esta vacuna debería ser mucho más resistente a las variantes de COVID-19”, manifestó, y también hizo hincapié en el hecho de que, al ser a base de levadura, su costo de producción sería más económico frente a sus competidores, destacó The Jerusalem Post.
Las ventajas de una vacuna oral van más allá de la seguridad y la eficacia. Los medicamentos orales tienden a tener menos efectos secundarios, aseguraron desde la firma. Además, este inoculante podría trasladarse a temperatura de heladera e incluso almacenarse a temperatura ambiente, “lo que facilita logísticamente su obtención en cualquier parte del mundo”, dijo Kidron.
Oravax anticipa que comenzará con un estudio clínico durante el segundo trimestre de 2021 y ya se encuentra solicitando ensayos en varios países, incluidos los Estados Unidos, Israel, Europa y México. También espera apuntar a África, aseguró el especialista y estima, asimismo, que los datos de ensayos en humanos de la fase I podrían estar disponibles dentro de tres meses.
La visión de los expertos
Consultado por Infobae sobre las oportunidades que abre el anuncio de este desarrollo, el médico infectólogo Hugo Pizzi se mostró optimista. “En general, las vacunas orales han dado buenos resultados. El objetivo es introducir la producción de anticuerpos, pero hay que tener cuidado de cómo introducirla entera porque, de lo contrario, los jugos gástricos la destruyen; las inyectables no corren este riesgo y suelen ser más efectivas, pero hay una tendencia a producir este tipo de vacunas”.
Pizzi recordó que esta no es la primera vez que Israel habla de una fórmula oral con el COVID-19. El año pasado, el Migal Galilee Research Institute, ubicado cerca de la frontera con Líbano, había anunciado que se encontraba trabajando en el desarrollo de un inoculante oral contra el coronavirus. Sin embargo, Infobae trató de contactarse con la entidad y, al cierre de esta edición, no lo había conseguido.
Por su parte, el médico infectólogo Pablo Bonvehí, director Científico de Fundación Vacunar, agregó: “Si estas vacunas superan todas las etapas de estudios, seguramente recién lo podremos saber de acá a un año”. Para el especialista, las ventajas de las vacunas orales es que son más fáciles de administrar y almacenar. No obstante, reconoce que aún estamos en etapas muy iniciales. “Tenemos que tener mayores datos científicos”, sostuvo. “Hay una vacuna contra la fiebre tifoidea que es oral. Son pocas. No son fáciles de desarrollar porque los ácidos gástricos tienden a destruir lo que se inyecta. Pero, seguramente, en el futuro tendremos más desarrollos de este tipo si este resulta exitoso”, dijo.
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