Fernández se convirtió en el tercer jefe de Estado argentino recibido por Francisco, desde su elección como máxima autoridad de la Iglesia.
«Santo Padre, qué gusto verlo», dijo el presidente Alberto Fernández en el instante del encuentro, mientras que el Papa le respondió «bienvenido». Así, el mandatario se convirtió hoy en el tercer jefe de Estado argentino recibido por Francisco, desde su elección como máxima autoridad de la Iglesia, en marzo de 2013, una marca inusual para cualquier jefe anterior de la Iglesia católica.
El encuentro del presidente con el Papa se extendió durante 44 minutos y se desarrolló en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano.
Al saludarlo en la Sala del Tronetto, contigua al lugar de la reunión, el Sumo Pontífice le había cedido el paso a Fernández y le había dicho «primero el monaguillo».
Después, el Papa saludó a la delegación argentina y se produjo el intercambio de regalos. El Presidente trajo un telar de la fundación Granja Andar, con sede en Moreno, un libro de los cafés de Buenos Aires y un busto del Negro Manuel, el primer devoto de la Virgen de Luján.
Tras el encuentro, en el marco del intercambio protocolar de obsequios, el papa Francisco le pidió al presidente Alberto Fernández que «sean mensajeros de la paz», al entregarle una escultura con forma de medallón que simboliza la paz.
El jefe de Estado argentino llegó al Vaticano pocos días antes de cumplir sus primeros dos meses al frente del gobierno, aunque se trata de su segundo encuentro con Francisco, con quien ya se vio en agosto de 2018 en la residencia papal de Casa Santa Marta, cuando todavía no era candidato presidencial.
Desde su asunción en 2013, Francisco recibió a los dos mandatarios que precedieron a Fernández: a Mauricio Macri, en dos oportunidades, ambas en el Vaticano y en 2016, y Cristina Fernández de Kirchner, en siete ocasiones, aunque algunos de esos encuentros se dieron en Brasil, Paraguay y Cuba.
«El Papa significa mucho para mí; es un líder moral, el líder de la iglesia católica a la que pertenezco y, también, significa para mí un reencuentro con la Iglesia, a la cual pertenezco; se lo he dicho muchas veces», dijo Fernández.
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