El equipo argentino, de flojo Mundial, venció 47-17 a Estados Unidos y consiguió el pasaje a la próxima edición.
La despedida de Los Pumas del Mundial estuvo cargada de emociones fuertes. Y de símbolos. Quizá el más grande se dio al final con ese reconocimiento bien merecido para el santiagueño Juan Manuel Leguizamón, que le puso el cierre a una carrera brillante que incluyó nada menos que cuatro Copas del Mundo. Con él se fue el último sobreviviente del bronce de 2007 y un jugador que siempre se puso detrás del equipo.
Pero también hay que destacar otros símbolos. Y algunos, bien importantes. Como la descarga de broncas acumuladas de algunos, como la sangre de renovación que aportaron varios, como la clasificación a Francia 2023 o como los siete tries que permitieron el 47 a 17 final ante Estados Unidos para que la tarde calurosa tuviera un cierre más agradable después de la frustración más grande del rugby argentino de la última década y media.
Los Pumas se quedaron afuera del Mundial y eso será lo que se recordará de acá a varios años. También, que el equipo nunca pudo explotar, que perdió un partido clave contra Francia en el debut, que la mayoría de sus mejores jugadores estuvieron lejos o muy lejos de su mejor nivel y que el sistema jamás pudo aparecer en cuatro partidos.
Los primeros 15 minutos ante Estados Unidos fueron más de lo mismo. Porque Los Pumas fueron un equipo sin ideas que no podía vulnerar la defensa adversaria. Hasta que a los 18 minutos, en el medio del desorden, apareció Nicolás Sánchez con un offload para habilitar a Mallía y la cesión del cordobés debutante como titular en el equipo llegó justa para que el apertura anotara el primer try.
La conquista hizo que el tucumano se liberara y tuviera, seguramente, los mejores 20 minutos de sus últimos tiempos en el seleccionado. Un kick suyo por encima de los backs y un descuido de Te’o le permitió a Tuculet apoyar y apenas diez minutos más tarde otra vez un pase de Sánchez dejó al fullback en una buena posición para llegar a su segundo try.
Si bien Blaine Scully descontó sobre el cierre del primer tiempo, el partido, a esa altura, ya parecía definido para el ganador.
Pero Los Pumas, aún con la diferencia que aumentó por los dos tries de Juan Cruz Mallía en cuatro minutos (inteligente el cordobés para encontrar huecos) y por el de Jerónimo de la Fuente luego de que Leguizamón ganara un line, nunca terminaron de afirmarse como un equipo de jerarquía.
Ni siquiera ese 40-5 favorable impidió que los errores no se sucedieran. Hubo tackles errados y fueron muchos (27), como contra Francia e Inglaterra, hubo infracciones tontas de las que derivaron 12 penales para los estadounidenses y hasta hubo un line propio perdido.
El desarrollo del partido tampoco ayudó. Por momentos los 30 protagonistas entraron en el desconcierto y en las desprolijidades. Errores de uno y de otro lado. Entendibles en los rivales, diez de los cuales jugaron perdieron fácil con Argentina XV a principios de año; no en Los Pumas, que terminaron con menos posesión y menos ocupación territorial que Estados Unidos.
Un try de Paul Lasike acortó la diferencia, uno de Gonzalo Bertranou volvió a ampliarla y uno último del capitán Scally decoró el resultado final.
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