El hecho salió a la luz porque luego de la ingesta protagonizaron una gresca. El efectivo fue separado de sus funciones de inmediato.
Un cabo de guardia de la Comisaría 30 de Metán fue acusado de entregar vino a detenidos que se encontraban alojados en una de las celdas de la dependencia, quienes luego de embriagarse protagonizaron una batahola y tuvo que intervenir hasta personal de Infantería.
Según pudo saberse, el hecho fue descubierto el domingo pasado, alrededor de las 14, cuando el oficial de servicio Hernán Córdoba tomó conocimiento por el jefe de guardia que los detenidos Renzo Giménez, Emanuel Alejandro Caro y Alfredo Naranjo habían protagonizado una serie de incidentes.
Hubo gritos y un escándalo en la dependencia durante los incidentes producidos en el interior de la celda. Debido a la gresca, tuvieron que pedir refuerzos, por lo que se hizo presente el mismo jefe de la Unidad Regional 3, Lisandro Cejas, con personal de distintas divisiones y de Infantería, para controlar la situación.
Las autoridades policiales constataron que los privados de la libertad presentaban lesiones. Luego el detenido Naranjo dijo espontáneamente que el cabo de guardia, el agente Mario Aráoz, les había pasado cajas de vino por entre las rejas y que una vez vacías las escondió en un tacho de basura.
La ingesta indebida de alcohol en la sede policial quedó confirmada porque se secuestraron dos recipientes de vino marca Nativo, blanco. Posteriormente arribó al lugar personal de la división Vial, quienes les hicieron el test de alcoholemia a los detenidos. Según pudo saberse, Renzo Giménez presentaba 1,64 de alcohol en sangre, mientras que Alfredo Naranjo, llamativamente, tenía la misma cantidad.
La fuerza informó que Naranjo y Giménez están detenidos desde hace meses en la dependencia y que Caro ingresó la noche anterior a los incidentes. «Naranjo y Giménez conocen a Caro, con quien tuvieron diferencias y luego pelearon», dijo una fuente policial.
Debido a la gravedad de los acontecimientos, de inmediato se puso en conocimiento al auxiliar fiscal en turno, Julio Brandán, quien dispuso el traslado de los detenidos al hospital Del Carmen, donde les realizaron los correspondientes exámenes médicos, tuvieron asistencia y se les efectuó la extracción de sangre.
Fue separado
El jefe de la Unidad Regional 3, Cejas, informó que de acuerdo a lo que indica el manual de procedimientos policiales, se procedió a la retención preventiva del arma reglamentaria de Aráoz, quien se encontraba a cargo del cuidado de los detenidos. Al mismos tiempo se procedió a separar al personal de las fuerzas de seguridad a los sospechosos.
«El personal involucrado en facilitar bebidas alcohólicas a los detenidos ya fue separado de sus funciones», confirmó a El Tribuno el jefe de la Policía de la Provincia, Ángel Silvestre.
Por otra parte, Aráoz quedó acusado de incumplimiento de los deberes de funcionario público, por disposición de la auxiliar de la Fiscalía Penal 2 de Metán, Juliana Leavy.
Según pudo saberse extraoficialmente, uno de los detenidos dijo que Aráoz compró y luego les vendió las cajas de vino a $300, lo que actualmente es motivo de investigación.
Pero la fiesta «entre rejas» terminó mal, porque los detenidos se embriagaron, luego se pusieron violentos y pelearon en el interior de una de las celdas de la Comisaría 30 de Metán.
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