Pedro Müller y Héctor Sibilla recibieron penas de diez y doce años de prisión, respectivamente, mientras que el represor Santiago Riveros fue condenado a 15 años.
Dos ex directivos de la empresa Ford y el represor Santiago Riveros fueron condenados este martes por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar en esa planta fabril.
El Tribunal Oral Federal (TOF) Número 1 de San Martín dictó una pena de 15 años de prisión para el ex Comandante del IV Cuerpo de Ejército, mientras que el ex jefe de Manufactura de la empresa Pedro Müller y su ex jefe de Seguridad, Héctor Sibilla, fueron condenados a diez y doce años de cárcel, respectivamente.
El tribunal consideró por unanimidad que los acusados cometieron crímenes de lesa humanidad, por lo que rechazó planteos de prescripción de los delitos por parte de las defensas.
Riveros fue encontrado coautor de los delitos de allanamiento ilegal, privación ilegal de la libertad e imposición de tormentos agravados entre marzo de 1976 y el mismo mes del año siguiente.
A su vez, los jueces consideraron que Müller y Sibilla fueron partícipes necesarios en estos hechos, que se cometieron en la fábrica que la multinacional tiene en la ciudad bonaerense de General Pacheco.
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«Esta sentencia fue histórica; tres jueces dijeron que sí, que Ford también fue la dictadura», celebró la agrupación HIJOS en su cuenta oficial de Twitter. Los crímenes de lesa humanidad fueron cometidos contra 24 trabajadores de la empresa y en el juicio oral se consideró probado que el régimen militar y los integrantes de la compañía actuaban en conjunto para su realización.
Para los tres acusados, las querellas y la fiscalía habían pedido penas de 25 años de prisión, mucho más de lo que finalmente recibieron.
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Es la primera vez que directivos de una empresa son juzgados (y condenados) por la implicancia directa de la compañía en los secuestros y las torturas sufridas por sus trabajadores durante la dictadura.
Las audiencias comenzaron hace un año, en diciembre de 2017, y para el tribunal, en el proceso quedó acreditado que directivos y empleados jerárquicos de Ford tomaron decisiones y dieron colaboración concreta para los secuestros y torturas.
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