El hecho de sangre, que conmocionó a toda una localidad y a esta ciudad, presenta detalles escabrosos y desconocidos respecto a las razones que habrían llevado a la madre, de 30 años, a herir gravemente al menor de sus cuatro hijos.
Una relación con hechos de violencia, tanto física como verbal y psicológica, de la cual los hijos no eran ajenos, comenzó a emerger tras el sangriento incidente que se conoció a instancia de un llamado de la propia acusada, quien antes de escapar alertó a una vecina para que auxiliaran a su hijo menor, según publicó Informatesalta.
Este drama familiar, del cual fue protagonista principal, Blanca Alejandrina Castillo, de 30 años, tuvo como escenario la casa 5 del barrio Luján 20 Viviendas, en la ciudad de Cachi. Allí, residía junto a su pareja, Gabriel Humberto Fabián, un policía, un poco mayor, quien se desempeña en la localidad de Payogasta.
Castillo y Fabián son padres de cuatro niños, todos varones, de 2, 6, 7 y 9 años, quienes también residían en la misma casa, al menos, desde hace nueve años, según surge de los reportes policiales a los que InformateSalta pudo acceder.
De estos documentos también surgen otros detalles hasta ahora desconocidos. Se trata de conductas y hechos que podrían explicar la reacción casi homicida de Castillo, una mujer procedente de la localidad de Payogasta, donde su pareja, el sargento Fabián, cumple funciones en el Destacamento policial de esa localidad, donde ambos se conocieron.
En los últimos días, sin embargo, la relación de esta pareja comenzó a deteriorarse, tanto que el mismo 19 de junio pasado, a las 0.30, el sargento decidió hacer sus valijas y marcharse de casa debido a que eso iba a ser mejor para ambos y, sobretodo, para sus cuatro hijos.
“Tranquila y segura”
En una denuncia policial, radicada por el mismo Fabián, éste contó que se retiró de la vivienda a la madrugada y que al irse, su pareja, Castillo estaba “tranquila y segura de la decisión que había tomado”, refiriéndose a su salida de la casa.
Aseguró que en ningún momento se le pasó por la cabeza que Blanca podría llegar a lastimar a sus hijos, por lo que no dudó en hacer abandono de hogar, tras más de nueves años de convivencia y cuatro hijos que nacieron en ese tiempo.
Con el transcurrir de las horas, sin embargo, eso que el policía jamás imaginó comenzó a gestarse en la mente de su pareja, quien luego de acostar a sus cuatro hijos no pudo dormir y, por lo que la policía especula, llegó a planear una trama asesina para vengarse de su concubino.
Los policías, en Cachi, no descartan que Castillo haya planeado matar a sus hijos como represalia a la decisión de Fabián de abandonarla, algo que la mujer ya daba por hecho después de meses de una seguidilla de disputas de pareja.
En ese marco, Castillo decidió hacerlo antes de que los niños despertasen, pues no podría ejecutar su plan con ellos despiertos, pues no podría soportar verlos a sus ojos, por lo que, poco antes de las 8, fue a la cocina y tomó un cuchillo de grandes dimensiones.
Primero el menor
Presa de odio a su marido por haberla abandonado, según una de las hipótesis, Castillo, ya en un desequilibrio emocional desbordado, decidió atacar primero al más pequeño, ya sea porque sería el que menos resistencia podría oponer o porque su muerte dañaría más a Fabián.
La mujer habría intentado degollarlo, pero por alguna razón, probablemente porque el niño se despertó y se movió para evitar el ataque, o bien, la mujer no tuvo el valor para concretar su ataque, aunque sí llegó a lesionarse a la altura del cuello y la clavícula, del lado izquierdo.
Descontrolada, desquiciada, la mujer tomó una soga de la vivienda y decidió marcharse de la casa, aunque antes de hacerlo, el remordimiento la llevó a alertar a una amiga respecto a la lesión que le causó a su hijo más pequeño.
Claro está, Castillo no dijo nada de cómo se lesionó su hijo ni mucho menos que ella lo había atacado, pues a través de un mensaje al teléfono celular de una amiga solamente le pidió que llamara a una ambulancia, ya que uno de sus hijos se había caído de la cama y estaba golpeado.
Tras esta acción, Castillo se marchó de casa y deambuló por Cachi y sus alrededores, sin saber qué había sucedido con su hijo y sin decidirse a volver, entregarse a la policía. Al parecer, lo que sí tenía entre manos, valga la paradoja, era una vía de escape rápida.
Cuando la hallaron en una zona alejada del pueblo, Castillo, según informaron los policías, tenía en su poder una soga, con la cual tenía pensado ahorcarse en algún árbol en el monte. La mujer fue detenida poco antes del mediodía, por lo que se especula que tampoco cobró el valor para quitarse la vida. Mientras los uniformados la esposaban, la mujer sólo repetía si su hijo se hallaba bien.
La denuncia
Horas antes, a las 8.20, Fabián, su pareja y padre de los cuatro niños, recibió un llamado de parte de sus colegas de cachi, quienes le informaron que minutos antes, su mujer había solicitado una ambulancia para que auxiliaran a uno de sus hijos, novedad que llevó al policía a dirigirse de inmediato a la vivienda.
Cuando llegó, el sargento ingresó a la casa y advirtió efectivamente manchas de sangre en el piso de la vivienda. Fue hasta una de las habitaciones y notó que sus hijos dormían, sin darse cuenta que el más chico estaba lesiones en el cuello.
Fabián creyó que las manchas eran en realidad de Castillo, pues esa madrugada se había marchado de casa debido a la relación tirante que la pareja mantenía, por lo que salió e informó que podía tratarse de su pareja, la persona herida.
Luego, al retornar dentro de la morada, el sargento se percató de que quien estaba lesionado era su hijo menor, por lo que de inmediato alertó y el niño fue trasladado al hospital local, pues presentaba heridas y una hemorragia grave.
En la casa, la policía encontró el arma utilizada por la madre, la que quedó secuestrada para las pericias del caso. Al momento de ser imputada, por el delito de tentativa de homicidio, la mujer se abstuvo de declarar y volvió a la Alcaidía Judicial, donde permanece alojada.
Cargando ...
Agregue un Comentario