Los dos heridos están detenidos. Cobra fuerza la hipótesis de una disputa entre dealers.En el pasaje Saravia hallaron vainas de distintos calibres, pero aún buscan las armas
El aire quedó enrarecido y denso el día después del crimen de Ricardo Daniel «Pitelo» Burgos, en el barrio 20 de Febrero. Ayer la Policía patrulló la zona sin mayor demostración de fuerza, pero con la necesidad de evitar que se organice o desate una venganza a tiros por el homicidio ocurrido en el crítico pasaje Saravia casi esquina 12 de Octubre.
Esas mismas medidas continuarán hoy, en especial en los momentos en que los restos de Burgos sean inhumados y en las horas posteriores a esta ceremonia.
Fuentes cercanas a la fuerza de seguridad provincial indicaron que mantendrán el patrullaje por la zona del barrio 20 de Febrero durante el resto de la semana.
Por orden del fiscal penal 1 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Pablo Rivero, los dos heridos que están internados en el hospital San Bernardo, Matías Burgos y Andrés Salgado, quedaron detenidos por la balacera que terminó con una persona muerta.
A la vez, un tercer involucrado -que se estima sería el autor material del crimen de Pitelo- es buscado por la Policía desde el mismo lunes en la noche y hasta anoche aún no habían dado con él.
Lo sucedido
Con el paso de las horas y la recolección de diversos testimonios, ayer se fue afianzando la hipótesis de un enfrentamiento entre bandas de vendedores de drogas que se disputan un territorio donde se mezclan las adicciones a estupefacientes, un alto consumo de alcohol y el fanatismo por el Club Central Norte (aunque ayer los dirigentes de la entidad tomaron distancia del violento episodio).
Además, si bien no fue confirmado, surgió en la investigación que la disputa se habría intensificado por diferencias en el comercio de motocicletas (no se dijo si legal o ilegal).
El enfrentamiento a tiros que terminó con la vida de Burgos ocurrió el lunes cerca de las 20.30, cuando decenas de vecinos circulaban por el pasaje Saravia y la calle 12 de Octubre.
A esa hora, Pitelo y su hermano Matías llegaron en una moto y abrieron fuego contra la casa donde estaba Salgado. Éste salió y repelió el ataque también con armas de fuego y la ayuda de otra persona, que es la que está siendo buscada.
El resultado fue que Pitelo terminó muerto por un disparo de posta de guerra en el pecho.
Según testimonios que recibió la Fiscalía, Salgado repelió la balacera con «un arma con caño alargado», por lo que no se sabe si utilizó una escopeta o una tumbera. Hasta ayer esa arma no había sido hallada.
Cuando llegó la Policía la víctima yacía en una vereda; del otro lado de la calle estaba Salgado con un disparo en una pierna. Una ambulancia ya estaba atendiéndolo en el lugar.
Casi media hora después los efectivos encontraron a Matías Burgos, hermano de Pitelo, quien se había ocultado en una casa de la calle Bolívar y estaba inmovilizado porque había recibido disparos en ambas piernas, a la altura de las rodillas.
Antecedente
El mortal tiroteo del lunes a la noche fue el epílogo de enfrentamientos previos. Según reconstruyeron los investigadores, el sábado Pitelo fue herido con arma blanca por el grupo liderado por Salgado. Tras ser atendido en el hospital San Bernardo, recibió el alta y el domingo a la noche fue hasta el pasaje Saravia a tomar venganza, y realizó tiros contra la casa, sin que nadie saliera.
El lunes repitió la acción, «pero Pitelo nunca imaginó que Salgado iba a estar armado y saldría a repeler el ataque», explicó una fuente a El Tribuno.
Tras esta reconstrucción hay expectativas por la declaración que darán los dos heridos detenidos al fiscal penal.
Alta médica
Anoche a última hora, Noelia Córdoba, la joven mamá que recibió un balazo al quedar en la línea de fuego en el pasaje Saravia, fue dada de alta y regresó a su casa en un barrio de la zona norte.
«Los médicos decidieron no sacarle la bala porque está alojada en una zona donde no representa riesgo para ella, y ahora está yendo a reencontrarse con sus cinco hijitos», contó anoche su suegro.
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