El ensayista definió al populismo como «el mayor enemigo de la democracia» y defendió a Macri: «La elección es entre el mal menor y el mal absoluto».
Juan José Sebreli defendió al gobierno de Mauricio Macri al considerarlo «lo mejor que tiene hoy la sociedad argentina» y despotricó contra el kirchnerismo, a quien calificó como «la rama podrida del tronco peronista». El sociólogo y filósofo argentino definió al populismo como la mayor amenaza del país: «Acá la elección es entre el mal menor y el mal absoluto. Y el mal absoluto es el populismo».
En pleno proceso de rearmado político del justicialismo, Sebreli propuso eliminar los matices que lo integran y fustigó la política de los Kirchner: «Yo no soy de los que creen que el kirchnerismo fue malo y el peronismo algo rescatable. Creo que el kirchnerismo es una rama podrida del tronco peronista», sentenció.
En una entrevista ofrecida al diario La Nación, el escritor de 87 años, que se reconoce como «liberal», ejerció una defensa a ultranza del oficialismo y lanzó numerosos dardos contra peronismo: «Hay que hablar de democracia o populismo», planteó Sebreli, quien aseguró que el país necesita «otro gobierno de Macri para que la democracia empiece a estabilizarse».
«Diría que la Argentina empezó a joderse el 4 de junio de 1943 a las diez de la mañana, cuando vino la dictadura militar con el peronismo y el populismo, para instalarse definitivamente», juzgó el autor de Dios en el laberinto, una de sus últimas obras. Con respecto a este último, no dudó en calificarlo como «el mayor enemigo de la democracia».
El reconocido intelectual apoyó las medidas de Cambiemos: «Aplicar una buena política económica es dificilísimo en la Argentina porque es una sociedad populista. La clase baja necesita de planes; la industria necesita ser subsidiada. Un país no es viable con trabajadores y empresarios subsidiados». Y advirtió que «si se pierde esta oportunidad, vuelve indefectiblemente el populismo más acérrimo».
Durante la charla, Sebreli reivindicó, además de a Macri, a otros políticos del arco oficialista, como los diputados Elisa Carrió, Fernando Iglesias -a quien consideró su «discípulo»- y a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Sobre esta última, consideró que «intenta poner un poco de orden, aunque a veces se le vaya la mano». No obstante esta afirmación, justificó sin atenuantes la represión ocurrida en diciembre durante la sesión de la reforma jubilatoria: «Había que defender el Congreso para que pudiera sesionar. Si las hordas entraban, ese día se terminaba la democracia».
Sobre los incidentes de diciembre pasado, el intelectual advirtió sobre lo que, a su juicio, amenaza el orden constitucional: «Los trotskistas sólo pueden hablar de una revolución ilusoria y apoyarse en los kirchneristas más radicalizados. Esta unión es capaz de desestabilizar cualquier país. ¿Cuántos son los yihadistas en el mundo árabe? Y son capaces de desestabilizar a Europa. Acá puede pasar lo mismo».
El literato también incluyó en sus críticas a Margarita Stolbizer: «Uno la oye hablar contra la corrupción y está de acuerdo, pero ella votó las peores leyes del kirchnerismo».
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