La CAME elaboró un mapa del comercio ilegal y hay cuatro ciudades salteñas entre las de mayor venta. Conocé el ranking.
El último informe de la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) da cuenta que la venta ilegal en la vía pública y en las saladitas ascendió a $ 6.527 millones en noviembre y estiman que cerrará el año con una ganancia de $ 78.595 millones. Salta figura entre las ciudades argentinas con más venta ambulante, según informó La Gaceta de Salta
Se tuvieron en cuenta los datos de 112 localidades donde funcionan las ferias conocidos como «saladitas» y la presencia de manteros en las regiones visitadas. La CAME destaca que hay más controles a la venta ilegal en algunas ciudades -y se regularizaron varias saladitas-, los vendedores clandestinos se desplazan de lugar en lugar y el comercio libre de impuestos y controles sigue creciendo.
Las ciudades con más venta ilegal
Destaca que este año la excepción del pago de IVA de la venta ilegal le generó al Estado una pérdida cercana a los $ 17 mil millones.
De acuerdo a los últimos datos recabados, en noviembre se detectaron 91.530 puestos ilegales entre saladitas y manteros en la vía pública, en 500 ciudades argentinas, un 3,1% más en relación a la última medición.
Los controles llevados adelante por el Ministerio de Seguridad de la Nación y autoridades provinciales y municipales provocaron una reducción de un 13,2% de las saladitas en relación a mayo pasado, pero se observó un notable crecimiento de manteros en la vía pública con un índice del 45,5%.
Las saladitas vendieron $ 3.892 millones en noviembre y los manteros, cuyos promedios diarios de ventas suelen ser inferiores, vendieron $ 2.634 millones.
El ranking de las «Saladitas» en la Argentina
La ciudad de Buenos, los partidos de La Matanza, Lomas de Zamora y Florencio Varela, y san Tucumán fueron en noviembre las cinco localidades con mayor cantidad de vendedores ilegales.
En la proliferación del mercado ilegal, Salta figura en la ubicación once con 1.300 puestos y manteros detectados. Se desprende que en la Capital hay 17 saladitas, en Orán unas 15 más y 14 en Tartagal, tres de las ciudades con mayores índices en el país.
De acuerdo al mapeo de la CAME, cuatro ciudades salteñas figuran entre las 55 primeras de un total de 112 tenidas en cuenta.
La frontera emerge como una de las zonas de mayor penetración y por esto Orán se ubica entre las ciudades con más comercio ilegal, figurando en el puesto 12. A ella le siguen General Güemes en el puesto 49, Tartagal en la ubicación 54 y la Capital en el 55.
La puja está en la calle
En medio de los indicadores de la CAME la situación entre el Gobierno y los vendedores se encuentra en su punto más tenso por las fiestas de Fin de Año.
En la Capital los vendedores coparon los calles entre bombos y platillos reclamando por un espacio para vender sus productos teniendo en cuenta la masiva cantidad de salteños y turistas que visitan el microcentro en busca de regalos. La puja se dio por la decisión de la Subsecretaría de Control Comercial que dispuso que, al igual que en la fiesta del Milagro, los vendedores solo podrán ubicarse en el parque San Martín y abandonar las peatonales Alberdi y Florida.
Los trabajadores denunciaron que la medida los perjudica sustancialmente porque son trasladados a zonas más alejadas. Pero otro conflicto se suscita porque los puesteros del Parque reclaman competencia deliberada y disminución de ventas ante el traslado de ambulantes y manteros a la zona.
Manteros vs Golondrinas escribieron un nuevo capítulo por el espacio público
La discusión por el uso del espacio público no solo se dio entre vendedores y funcionarios municipales y fuerzas de seguridad. Tenso momento se vivió en las vísperas de la Nochebuena cuando manteros se enfrentaron con vendedores «golondrinas» que intentaron ocupar los pocos espacios espacios que quedaban libres en las peatonales.
Discusiones subidas de tono en medio de los peatones marcaron una tarde agitada el domingo pasado. Un llamado de atención fue para las autoridades municipales que nuevamente no pudieron controlar la venta ilegal. Habían sido rigurosos al sostener que los vendedores debían instalarse en el parque San Martín. Sin embargo, cuando el comercio bajó sus persianas, los ambulantes se volcaron masivamente en las peatonales. El paso para los peatones y compradores rezagados era casi imposible.
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