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Justicia FederalPor el faltante de 300 millones de pesos en la obra social, allanan la sede de SMATA

18-09-17 Buenos Aires  Sede de SMATA en Av. Belgrano al 600. Foto: Luciano Thieberger.

El jefe de la seccional Junín, enfrentado con el secretario general Ricardo Pignanelli, lo denunció por corrupción. El juez federal de esa ciudad ordenó el procedimiento.

El juzgado federal de Junín, a cargo de Héctor Plou, allanó la sede central de gremio de los mecánicos de SMATA, que conduce Alberto Pignanelli. Es por una denuncia que informa de un faltante de 300 millones de pesos en la obra social. Al igual que sucedió con en el SOMU, sindicato de los obreros marítimos que comandaba Omar “Caballo” Suárez, el denunciante es un dirigente del riñón gremial, en este caso el secretario de la seccional de Junín y revisor de cuentas de la obra social a nivel nacional, Alberto Fiori.

 

La comisión revisora de cuentas, elegida por el secretariado nacional, la conforman además de Fiori, Martín Pasci, de Mar del Plata, y Marcelo Barros, de Rosario. En el caso de Fiori esta era la primera vez que, a mediados de año, debía rubricar el balance. “Como revisor de cuentas hice mi trabajo: cuidar el dinero de los afiliados. A partir de mi intento de revisar las cuentas empezaron a aparecer situaciones extrañas y hasta un intento de toma de la seccional. Por eso acudí a la Justicia”, comentó Fiori a Clarín.

Según reconstruyó este diario, todo empezó en julio, cuando antes de firmar los números contables, Fiori se presentó en el SMATA con un escribano, un abogado y un contador para cotejar los números, pero solamente le permitieron acceder con el escribano por lo que decidió no firmar el balance.

A su vez, hay otra causa que se sigue en Junín y que también, por lo que supo este diario de fuentes judiciales, habría causado el allanamiento de ayer. Ese otro expediente es por la falsificación de la firma del dirigente, diputado nacional y también con filación en Junín, Oscar Romero.Según afirma, se habría truchado su firma en una reunión de Consejo Directivo en la que se avaló la intervención de la seccional.

 

Pero no es la primera vez que la obra social de los mecánicos está bajo la lupa judicial: en el año 2007, estaba en concurso de acreedores ante la inminente quiebra. Para rescatarla del ahogo financiero, el SMATA firmó un acuerdo con las terminales para que 100 dólares por cada auto fabricado fueran destinados al rescate de la obra social. Ese acuerdo, que aún sigue vigente aunque con otros valores, lo firmó justamente Romero, quien para ese entonces era subsecretario de leyes y convenios. Clarín pudo saber por parte del sector empresario que esa norma aún “se mantiene vigente, pero que actualmente se pagan entre 200 y 400 pesos por auto patentado y un porcentaje mayor por coches de alta gama”. Según Adefa (Asociación de Fabricantes de Automotores), de 2007 a la fecha se fabricaron casi 5.900.000 autos.

 

Pero para llegar a esta instancia final hay que desentrañar un camino de internas vinculadas a cuestiones político-gremiales. En el apogeo K y de producción de vehículos era frecuente verlo a Pignanelli en los actos en la Casa Rosada. Pero la armonía que reinó durante el kirchnerismo se dispersó luego de la derrota del 2015 y se armó una grieta entre el secretario general y el dirigente Romero (ver aparte). Otro ejemplo: en mayo de este año, el propio Mauricio Macri fue a la inauguración de un centro hospitalario del gremio en Mataderos. Fue una cortesía de Pignanelli por la ley de promoción de autopartes nacionales y al Presidente le venía bien mostrarse con el dirigente, ya que se estaban concretando los acuerdos sectoriales por gremio. Sin embargo, Macri ese día fue abucheado: se dice que por la gente de Romero.

 

A nivel gremial, el SMATA revistaba en el MASA (Movimiento de Acción Sindical Argentino) que comanda Omar Viviani, hasta que en un momento Pignanelli bajó la orden de cortar ese alineamiento, algo que no escuchó Romero. En ese ida y vuelta, Pignanelli intervino administrativamente la seccional y según las denuncias les cortaron el sistema informático de atención de los afiliados del distrito.

 

La historia da cuenta que tanto Romero como Fiori resistieron la intervención y presentaron una medida cautelar y fue ahí cuando el juez Plou pidió a Pignanelli que se abstenga de interferir en las cuestiones de la seccional. Ahora Pignanelli está tras la expulsión de Romero. Pero otra cuestión interna, que puso en veredas enfrentadas a los dos dirigentes, fue que Romero quería ser el sucesor de Pignanelli, quien va a pujar por su segundo mandato. Sin embargo, el actual secretario general empezó a darle aire a su hijo Sergio, que es subsecretario gremial, es decir cuarto en la cadena de sucesión de mando del sindicato. Antes que él deberían asumir el adjunto y el secretario gremial, pero ambos están fuera de carrera. El resquemor no acaba ahí, pues hay más familiares directos de Pignanelli en el gremio. Por ejemplo, su hija Gabriela, que maneja la seccional de San Justo. También su yerno, Walter Pereira, que está casado con Cecilia y conduce la seccional Morón. También revista en SMATA su sobrina Claudia, que es quien está a cargo de cerrar los convenios de prestaciones para la obra social.

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