Así lo manifestó Miriam Espinoza, una joven madre víctima de violencia de género.Su expareja la agredió y estuvo detenido una semana. Denunciarán irregularidades.
Miriam Espinoza, de 26 años, denunció a su expareja por violencia de género luego de que éste la agrediera físicamente, le mordiera la boca y le diera un cabezazo en la frente.
El agresor, Guillermo Aparicio, (46) secretario de Prensa de la Municipalidad de Aguas Blancas, estuvo detenido una semana, hasta el viernes pasado cuando le otorgaron la libertad.
«Ese día que lo liberaron eran las 18.30 y yo volvía del almacén. Cuando llegué al lugar donde alquilo encontré a la Policía que me venía a avisar que él ya estaba libre. La noticia me cayó pésimo», manifestó la mujer a El Tribuno.
Espinoza reside en la zona de la calle 20 de Febrero y 9 de Julio, en la localidad de Aguas Blancas. Tiene dos hijos pequeños. Trabaja como empleada doméstica.
«Tengo mucho miedo. Lo peor es que él alquila una habitación en el inquilinato contiguo del lugar donde vivo. Solamente nos divide una pared. Espero que no vuelva nunca más. Hasta ahora no lo vi», relató.
El hecho
El viernes 24 de febrero, a la noche, la joven esperaba en la parada un ómnibus para dirigirse desde Aguas Blancas a la localidad boliviana de Bermejo. De repente apareció Guillermo Aparicio, su expareja, en completo estado de ebriedad.
«¿Dónde te vas vos? Robaste la plata. Me la vas a devolver ¿Con quién te vas?», le gritó él, y en un rápido movimiento la sujetó del cabello y le mordió los labios hasta lastimarlos. La soltó, se alejó unos centímetros y le dio un cabezazo en la frente. En segundos la mujer comenzó a sangrar por la nariz. Logró alejarse de él y pidió ayuda. Un camionero la auxilió y llamó al 911.
Una de las medidas dictaminadas por la Justicia tras la liberación del agresor, es que éste no podrá acercarse a la mujer, quien tiene custodia policial.
«Salgo de mi trabajo a las 17 y cuando vuelvo a mi casa, un policía se queda conmigo de consigna. Mi madre me ayuda a cuidar a mis hijos y la mayor parte del tiempo ellos están conmigo porque me los llevo a mi trabajo. Mi hijita ya tiene noción de lo que pasa y todo esto le cayó mal. Ella sabe que él me pegó», sostuvo la joven madre.
«Lamentablemente algunos políticos y autoridades están a favor de Aparicio. Hay dos mujeres concejales que no repudiaron nada de lo que pasó. Hasta el intendente interino, Luis Saiquita, salió a favor de mi ex. Aguas Blancas es un pueblo chico y todo se sabe. Él tiene ayuda política. Nadie de la Municipalidad vino a verme, a preguntarme qué pasó, nada», expresó con total indignación.
Relación violenta
«Lo conocí a fines de 2015. Éramos amigos y comenzamos a salir. Después de un tiempo empezamos a convivir. A lo largo de la relación me pegó ocho veces. Las primeras veces que me pegó eran chirlos, después se fue agravando: una piña en la cara, mechonazos, mordidas. Antes yo trabajaba en una empresa de transporte, de boletera, y me acusaba de andar con mis compañeros. Los celos le hacían ver cosas inexistentes», dijo Espinoza.
«Él es celoso. No se puede dialogar. No lo había denunciado antes porque no quería perjudicarlo en su trabajo, pero la última vez me golpeó en la calle y yo ya había terminado la relación en enero, entonces lo denuncié. Me hirió y me sorprende que ahora esté libre gracias a la política. Ahora vivo con miedo porque no sé qué es capaz de hacer», finalizó.
Irregularidades
Pablo Cardozo, abogado de Espinoza, contó a El Tribuno que existen irregularidades en las actuaciones del caso y anticipó que serán denunciadas. «Según un testigo clave, cuando un camionero ayuda a la joven y llama a la Policía, llega un móvil y demora a Aparicio. Estaban a punto de llevárselo pero los policías se bajaron para que el agresor hablara con la víctima. Trataban de convencerla a ella para que no lo denunciara con el argumento de que «iba a perjudicarlo'».
La víctima fue citada a declarar dos veces. La primera el lunes pasado y la segunda el viernes. «Primero ella declaró que la mordida que sufrió por parte de su expareja fue el inicio de una tentativa de abuso sexual, ya que el agresor la quería arrastrar hasta la pieza de un inquilinato. La segunda citación fue el viernes a las 11. La joven había sido citada por la Fiscalía para ampliar su denuncia. Paradójicamente el acusado también estaba allí. Lo habían llamado para liberarlo», finalizó Cardozo.
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