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En AtlantaArgentina arrancó la Copa América con un trabajado triunfo sobre Canadá

Todo alegría después del gol de Lautaro Martínez. Foto: AFP

Fue 2 a 0 con goles de Julián Álvarez y Lautaro Martínez. El capitán Messi, más allá de los goles errados, fue el mejor de la noche. Clave el aguante de Dibu Martínez y Cuti Romero en el fondo.

La Selección Argentina tuvo un debut a la altura. Nadie pensaba en que se iba a resolver fácil la historia ante Canadá. Y esta vieja-nueva versión de la Scaloneta mantuvo los estándares que lo llevaron a la Triple Corona y que empezó a defender en la Copa América, con éxito, gracias al 2-0 en Atlanta, por los goles de sus ‘9’: el oportunista de Julián Álvarez y el del que lo reemplazó Lautaro Martínez. Fueron dos jugadas que llegaron como consecuencia de genialidades de Lionel Messi, el mejor de la noche en el Mercedes Benz Stadium, más allá de que estuvo llamativamente errático a la hora de la definición.

No es ni para vanagloriarse ni para alarmarse. Porque también necesitó del inmaculado trabajo de Emiliano ‘Dibu’ Martínez y Cristian Romero para pasar los sofocones que le provocó el equipo dirigido por Jesse Marsch, y que tuvieron dos factores: la increíble falta de efectividad ante Maxime Crépeau y los excesos de confianza que por momentos tuvo en la salida.

Tardó (poco) en meterse en partido Argentina. Si hasta Scaloni en esos primeros cinco minutos empezó a aplaudir buscando encontrar reacción en su equipo. Y dio rápido resultado porque en la primera posesión profunda derivó en el intento de media distancia de Leandro Paredes, después de un buen cambio de frente de Di María para Acuña.

El primer córner de Canadá, casi termina en gol argentino. Fue Di María el que recuperó bárbaro casi en la medialuna propia y se escapó solitariamente durante casi 70 metros, en un error incomprensible defensivo de los canadienses. Se quedó sin aire para poder resolver Fideo, que la adelantó y permitió la atajada de Crépeau, y enseguida le erró a la pelota en un intento de pirueta, tras ser habilitado por Messi al punto penal.

Antes de los 30, volvió a generar peligro la Selección. Otra vez cambiando la orientación del juego de derecha a izquierda, esta vez con Messi para Acuña, que estuvo a punto de aprovechar una salida en falso del arquero de Canadá, pero su remate cruzó toda el área sin que ningún compañero llegue a empujarla.

 

Se sabía, Alphonso Davies podía ser el que más peligro ocasionara para Canadá y lo cumplió. Lo padeció Molina, que se quedó clavado cuando el lateral del Bayern Múnich metió un venenoso centro atrás que desvió con lo justo Paredes.

Parecía perdido Alexis en el campo, pero en realidad no intervenía tanto en el circuito de posesión de Argentina. Hasta que a los 39 minutos, en un contragolpe, De Paul lo asistió al punto penal, donde el pampeano apareció como 9 entre los centrales, pero no pudo darle mucha fuerza al cabezazo y controló el arquero. Fue un aviso.

Dibu fue, casi, un espectador de lujo hasta los 42 minutos, cuando un ataque rápido de Canadá agarró mal parada a la defensa, lo doblaron por el sector izquierdo y el centro encontró a Eustaquio, que metió un cabezazo a quemarropa que el marplatense sacó a puro reflejo.

 

Y toda esa malaria se esfumó en la primera del segundo tiempo. Surgió de un lateral por derecha el gol de Argentina. De Paul para Messi, que magistralmente la puso en el espacio para Mac Allister, que metió una diagonal de ‘9’ y tocó justito la pelota para que Julián Álvarez definiera al arco vacío. Fue el primer festejo del cordobés en una Copa América y el primero con la Selección desde la semifinal del Mundial contra Croacia.

Para el final queda Messi. Intacto desde su explosivo arranque que sigue siendo imparable a días de cumplir 37 años, llamativamente errático en situaciones ‘comunes’ para él, y sin poder regalarle un gol a los más de 70.000 que lo esperaron hasta ese tiro libre del final. Tuvo dos clarísimas, cara a cara con el barbudo Crépeau, pero se fue con las manos vacías.

Eligió cerrar el partido Scaloni faltando 15 minutos, fue en el momento de mayor zozobra y con el resultado demasiado corto. No se le caen los anillos al DT de Pujato si tiene que meter una línea de cinco o reforzar el mediocampo. «Creo que Argentina aprendió la lección», había anticipado el DT de Canadá. Y efectivamente fue así.

La definición de caño de Lautaro Martínez fue la tranquilidad definitiva. La que certificó un primer paso sólido, para viajar a Nueva Jersey y esperar a Chile, el rival del próximo martes, con la serenidad de saber que Argentina sigue siendo la Scaloneta.

 

 

 

 

 

 

 

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